El italiano Edoardo Bove, jugador de la Fiorentina que entró en paro cardiorrespiratorio el pasado domingo en un partido contra el Inter de Milán, recibirá la próxima semana el alta médica, justo después de que le sea implantado un desfibrilador que le impedirá continuar su carrera en Italia.
El mediocampista de 22 años, propiedad de la Roma pero cedido en la Fiore, mejora con el paso de las horas y ya no está ingresado en la unidad de cuidados intensivos general del Hospital Careggi de Florencia; pasó a un nivel inferior de gravedad y ahora reside en la planta de cuidados intensivos cardiológicos.
Tras seis días de pruebas, controles y cuidados, Bove dio el visto bueno al implante de un desfibrilador subcutáneo que le permitirá continuar su carrera como futbolista, pero no en Italia debido a que la normativa médico deportiva del país, recogida en los “protocolos cardiológicos para la evaluación de la aptitud para el deporte de competición”, no prevé que un futbolista con este dispositivo pueda jugar en Serie A.
Después de la operación, prevista para este lunes, según informan los medios locales, Bove pasará un máximo de dos días en observación y recibirá entonces el alta médica.
Lo desveló también su compañero Dodó, quien en un directo de Twitch confirmó que esta semana estaba prevista la visita de Bove al Viola Park, la ciudad deportiva del club. El brasileño rompió cinco días de silencio absoluto del Fiorentina, que no emitió más partes médicos ni actualizó la situación del futbolista desde el lunes.
Una vez implantado el dispositivo que corrige mediante pequeñas descargas eléctricas cualquier posible arritmia, el Roma y Bove tendrán que llegar a un acuerdo de rescisión del contrato, tal y como hizo el Inter de Milán con el danés Christian Eriksen cuando sufrió un caso muy similar en la Eurocopa 2020.