La jugadora brasileña Gio Queiroz,
que juega en el Levante cedida a préstamo por el Barcelona, denunció conductas
abusivas, presiones para no jugar en la selección brasileña y un confinamiento
ilegal, entre otros, durante su estancia en el club catalán mediante una carta
dirigida al presidente Joan Laporta y difundida en sus redes sociales.
La brasileña que cumplirá 19 años en junio afirmó que la
denuncia, con todos los detalles, principales fundamentos y demás pruebas, ya
fue enviada a la junta directiva del club y que los responsables de las
conductas abusivas están perfectamente identificados.
La delantera explicó que llegó al club en julio de 2020, con
tan solo 17 años, y que fue muy bien recibida por las jugadoras y por el cuerpo
técnico, con quienes entró en una buena dinámica hasta que recibió la primera
convocatoria de la selección brasileña. “A partir de ese momento comencé a
recibir un trato distinto desde dentro”, apuntó.
“Primero recibí indicaciones de que jugar con la selección
brasileña no sería lo mejor para mi futuro dentro del club. A pesar del
desagradable y persistente acoso, no le di mucha importancia y atención al
asunto”, continuó.
La delantera, que posee la triple nacionalidad española,
estadounidense y brasileña, contó que comenzaron a acorralarla “de una manera
abusiva” para que renunciara a defender a la selección de su país con métodos
arbitrarios y con el claro objetivo de perjudicar su vida profesional dentro
del club.
Sometida a una cuarentena
ilegal
Queiroz también denunció que en febrero de 2021 fue sometida
a un confinamiento ilegal por parte de la jefa de los servicios médicos debido
a que ella afirmó que sería un contacto estrecho de un caso positivo de covid.
“Desde el principio, intuía que los verdaderos motivos del
confinamiento eran otros. Como la orden de la médica era contraria al protocolo
sanitario, contacté directamente con el Departament de Salut de Catalunya y
pedí aclaraciones. La respuesta fue clara y contundente. Mi caso no era ni
podía ser considerado como contacto estrecho según el protocolo sanitario
vigente”, continuó.
“Al cuestionarla, ella respondió: 'Tu caso es distinto. Fui
autorizada a hacer un confinamiento especial para ti'. Yo, indignada, aún
pregunté: ¿Cómo que especial? Ella evitó el tema y nunca me contestó Al final
me encerraron ilegalmente y no pude salir de casa. No podía entrenar ni tener
una rutina normal. Estaba devastada. Esa arbitrariedad supuso también no viajar
con el equipo a la final de la Copa de la Reina”, manifestó.
Tras cumplir con la cuarentena impuesta, la jugadora recibió
la autorización de la FIFA para incorporarse a la selección brasileña en
Estados Unidos, con pleno conocimiento del club, y antes de viajar y durante el
periodo de concentración se realizó varias pruebas PCR, siempre con resultado
negativo.
Queiroz contó que, cuando regresó a Barcelona, la llamaron a
una reunión con el director del club en la que fue acusada de haber cometido
una grave indisciplina y que, por ello, seria apartada del equipo y sufriría
graves consecuencias.
“Me acusaron injustamente de haber incumplido el
confinamiento, de haber viajado sin autorización del club y sin el
consentimiento de las capitanas del equipo. Intenté demostrar que eso no era
cierto. Él estaba inflexible, bastante agresivo y en tono amenazante me dijo: ‘No
te preocupes. Te cuidaremos bien’. Entré en pánico. Temí por mi futuro”, reveló.
“Buscaba destruir mi reputación”
Tras esta reunión, Queiroz apuntó que su situación cambió
para siempre y estuvo completamente expuesta a momentos humillantes y
vergonzosas durante meses. “Estaba claro que buscaba destruir mi reputación,
minar mi autoestima, degradar mis condiciones laborales y menospreciar e
infravalorar mis condiciones psicológicas”, dijo.
“El hecho de ser menor de edad no parece haber sido un
impedimento, un dilema moral para mi agresor. Planificó y llevó a cabo cada una
de sus incursiones sin objeción ninguna. Ciertamente actuó con la sensación de
impunidad, de que contaba con la protección de su cargo dentro del FC
Barcelona”, agregó.
Por último, Queiroz deseó que el Barcelona cumpla con su
papel institucional y actúe de manera consecuente y transparente, investigando
y denunciando los posibles delitos a las autoridades pertinentes. “También
deseo que el club, a través de su presidente, se comprometa a implementar
medidas efectivas para combatir el problema evidente y bien documentado del
abuso moral, el acoso laboral y la violencia psicológica contra las mujeres”,
finalizó.
EFE / FútbolUy
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