Más de
cuatro meses después de que la selección española ganara por primera vez la
Copa del Mundo femenina, disputada en Australia, una de sus protagonistas,
Jennifer Hermoso, ratificará el martes ante el juez su versión sobre el beso en
la boca que le dio el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol
(RFEF) Luis Rubiales en la entrega de trofeos.
La primera semana de 2024 comienza con su declaración en la
Audiencia Nacional, la que es “previsiblemente”, según plasmó el magistrado
Francisco de Jorge en uno de sus últimos autos, la última diligencia de la
causa.
Un procedimiento que se abrió el pasado mes de setiembre,
después de que la futbolista formalizase ante la Fiscalía su denuncia por la
actuación de Rubiales, quien, pese a sus reticencias iniciales, se vio obligado
a dimitir y acabó inhabilitado por la FIFA.
Durante la ceremonia de entrega de medallas tras la victoria
de la selección española en la final del Mundial en Sídney, el pasado 20 de
agosto, Rubiales besó en la boca a Hermoso, mientras le agarraba con las dos
manos en la cabeza.
Una actuación que causó una oleada de indignación y se
tradujo en el grito de #SeAcabó que protagonizaron las compañeras de Hermoso,
algunas de las cuales ratificaron ante el juez las presiones que la jugadora
del Pachuca mexicano denunció haber sufrido tanto de Rubiales como de su
entorno para que dijese que el beso fue consentido.
El exmandatario de la RFEF, que en un primer momento se negó
a dimitir, está investigado en la Audiencia Nacional por un delito de agresión
sexual y otro de coacciones, este último por la “situación de hostigamiento”
que, según la Fiscalía, vivió Hermoso para que defendiese públicamente a su
superior.
Frente a su versión de que el beso fue consentido fruto de la
“efusividad” y “espontaneidad” de la celebración de la victoria -aportada ante
el juez y ante una Asamblea General Extraordinaria de la RFEF-, la campeona del
mundo aseguró el mismo día de dicha asamblea en un comunicado a través del
sindicato FutPro que “en ningún momento” consintió el beso.
Otros tres miembros del equipo de Rubiales cuando presidía la
RFEF también están investigados por las supuestas presiones a las que la
jugadora fue sometida: el exseleccionador Jorge Vilda, el director de la
selección masculina, Albert Luque, y el responsable de marketing de la RFEF,
Rubén Rivera. Los tres niegan
haberla coaccionado.
Las declaraciones de algunos testigos prestadas a lo largo de
la causa mostraron algunas contradicciones en las versiones aportadas.
El presidente del Comité Nacional del Fútbol
Femenino, Rafael del Amo, por ejemplo, negó haber presenciado algún tipo de
coacción, pero relató a su vez dinámicas que vio en el avión de vuelta a
España, y declaró que fue Rubiales quien pidió a Vilda hablar con el hermano de
Hermoso tras el escándalo del beso.
Una versión que no casaría con la aportada por Rubiales y
Vilda: el primero dijo que fue el entonces seleccionador quien decidió
acercarse a hablar con el hermano de la jugadora porque es un “tío razonable”,
y, en línea con esta declaración, el técnico indicó que habló con él “de motu
proprio”.
Ahora será el turno de Hermoso, quien no declaró hasta el
momento por sus compromisos con su club en México y con la selección, pero cuya
comparecencia, fijada para el martes, levantó ampollas entre las defensas, que
cuestionan la urgencia de practicar una diligencia en un día declarado inhábil
procesalmente por ley.
EFE / FútbolUy
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