Franco Roncadelli lleva 12 meses siendo el tenista uruguayo mejor posicionado en el ranking ATP. Este lunes quedó ubicado en el puesto 502, que es el mejor de su carrera, tras ganar por segunda semana consecutiva el Future M15 de Nyiregyhaza. Esos títulos en fila sobre el polvo de ladrillo húngaro le permitieron trepar 50 escalones y estrenar su palmarés.
Nacido en Montevideo, el zurdo de 24 años empezó a jugar a los 7 en el Club Náutico, y ya por entonces idolatraba a Rafael Nadal. Si bien repartía las horas de la raqueta con los botines del fútbol y la paleta del tenis de mesa, a los 12 se enfocó en el deporte que se transformó en pasión primero y en carrera después.
“Nadal es mi ídolo desde chico. Me levantaba a verlo en todos los torneos. Es impresionante la pasión con la que vive el tenis. Técnicamente, es más limitado que Roger Federer, pero es admirable la capacidad de trabajo y de mejorar que tiene”, destacó en diálogo con FútbolUy.
“Aún siendo el número uno del mundo, siempre fue agregándole cosas a su juego y eso es muy motivante para todos los que venimos atrás. Lo que vemos los que todavía estamos jugando torneos futures es que uno de los mejores de la historia sigue evolucionando”, ponderó.
La evolución es el hilo conductor de la todavía joven carrera de Roncadelli, quien impulsado por su entrenador, Enrique Pérez Cassarino, se sumó como sparring al equipo uruguayo de Copa Davis a los 17 años y viajó a competir a Europa con la mayoría de edad recién cumplida. Se fue formando en los torneos interclubes, de los que sigue siendo parte en representación de un equipo italiano, y dejó atrás el desarraigo con una meta clara.
“Es difícil, no lo voy a negar. Me gusta bastante estar en casa con mi familia y mis amigos, pero soy consciente de que hoy el tenis es mi profesión y me toca viajar. Hoy elijo jugar al tenis porque me encanta, y sé que voy a estar más o menos 30 semanas afuera. Me cuesta, pero cada vez lo disfruto más. En casi todos los torneos tengo algún amigo”, explicó.
“Esto es mi prioridad. Me fui acostumbrando a disfrutar en mi casa el poco tiempo que tengo. Antes, cuando volvía, no era suficiente. Ahora, recargo cada vez más energías y no me hace falta más tiempo”, señaló Franco, quien este año dio el salto de calidad y pasó de jugar torneos futures a disputar challengers.
Tras haber estado en los challengers de Montevideo y Punta del Este desde su estreno en 2017, en 2023 participó por primera vez de uno en el exterior (Curitiba). En 2024 jugó el de Punta del Este, y después seis fuera de frontera (São Leopoldo, Florianópolis, Tucumán, Concepción, Santos y Vicenza), hasta que volvió a los futures con la meta de campeonar.
“Fui a tratar de ganar estos torneos. No había ganado ninguno y hacía como un año no jugaba uno. Era una búsqueda del primer título y de jugar finales, porque venía jugando bien y en buen nivel los últimos meses”, contó Franco, quien a principios de mes llegó a cuartos de final del Future M25 de Frasse, en Francia, y después se sacó las ganas de festejar en Hungría por partida doble.
“La primera semana se fue dando, y fue muy emocionante porque era el primer título y era todo nuevo. En todos los partidos jugué y competí bastante bien. Se me dio sufriendo un montón la final”, recordó sobre el triunfo 6-2, 1-6 y 7-5 frente a Dominik Kellovsky, checo de 27 años que se ubica 599º en la clasificación.
“El segundo título vino muy rápido y ya estaba solo allá, entonces no fue la misma emoción. Pero con el paso de los días lo pude disfrutar un poco más. Estos torneos, en mi ranking, solo suman puntos para subir en el ranking llegando a la final”, explicó Roncadelli, quien logró 15 puntos con cada título para trepar peldaños.
“Tenía tres o cuatro partidos por delante para que sumara en el ranking, y son todos difíciles. Tenía que entrenarme lo más arriba posible y no relajarme. Fui ganando partidos muy duros, me sentía jugando bien y el cuerpo se fue acostumbrando a ganar. La final fue el partido en el que me sentí mejor [ante el rumano Dan Tomescu, 544º] y cerré una semana impresionante”, agregó sobre la quinta final de su carrera.
“Venía jugando los Challenger de Sudamérica. A los 17 años estaba jugando futures 15M como estos y sentía que estaba jugando bien, pero lo tomaba como una presión de que tenía que ir a ganarlos. Me costaba mucho jugar y competir bien. La decisión fue apuntar a los challenger, sin tanta presión, y con un nivel muy bueno que me iba a ayudar a elevar el mío”, explicó.
“Me sirvió porque gané partidos en todos los challenger que jugué, pasé rondas y me sumó en la confianza para ir a estos torneos con otra mentalidad y más tranquilo”, agregó Roncadelli, quien entrena en el Carrasco Lawn Tennis con el Bebe Pérez Cassarino cuando está en Montevideo. De lo contrario, pasa muchos días en Italia.
“Juego para un equipo de interclubes a media hora de Milán. Esta semana quería descansar y no competí. Acá me abren las puertas para venir cuando tengo una semana libre. Puedo venir, entrenar y quedarme en un apartamento. Milán es muy cómodo porque es fácil llegar a todos lados”, explicó desde el país de la bota, sin desenfocarse de su gran objetivo.
Sus aspiraciones y la Copa Davis en setiembre
Si bien dice estar “disfrutando el momento”, sabe que puede seguir dando pasos. “Estos títulos fueron una muestra de que estoy preparado físicamente. Voy a tratar de jugar más challengers para seguir subiendo el nivel y escalar en el ranking. También voy a jugar algunos futures M25, que dan más puntos que los M15”, contó.
“Mi sueño es vivir del tenis, que sería entrar en el top-100 y asentarme entre los 100 mejores del mundo, ojalá por unos cuantos años. Después, una vez que estás ahí, querés más. El objetivo ese ese, asentarme en ese nivel y jugar los grandes torneos. Todavía me falta, pero creo que lo puedo lograr. Está todo muy parejo”, afirmó convencido quien hoy es la primera raqueta uruguaya en la Copa Davis, certamen del que participará el 14 y 15 de setiembre ante Bolivia en Las Palmas Country Club de Santa Cruz de la Sierra por el Grupo Mundial II.
“Bolivia debe estar en su mejor momento. Hace muchos años que no está en este nivel un equipo como el actual de Bolivia. Nosotros contamos con buenos jugadores como Joaquín Aguilar, que tuvo muy buenos resultados ese año. Ariel Behar está 30 del mundo en dobles, e Ignacio Carou juega muy bien el dobles también. Y yo también estoy en un gran momento. Es una serie difícil, pero sabemos que tenemos nuestras chances y vamos confiados en lo que podamos hacer”, concluyó.