Regresó el fútbol en Alemania tras el parón por la pandemia del COVID-19. Esto estuvo marcado por hechos muy pocas veces visto en este deporte a causa del virus: la distancia entre cada jugador, tribunas vacías, futbolistas con tapa boca y más.
Todo esto se apreció en la clara victoria del Borussia Dortmund ante Schalke 04 por 4-0. A los 29', después de un buen centro del belga Thorgan Hazard, el noruego Erling Haaland abrió el marcador y se dio un momento muy particular.
¿Lo llamativo? Fue que el delantero de 19 años festejó el gol yendo al banderín del tiro de esquina, se frenó y lo hizo solo. Los compañeros mantuvieron la distancia que les exigen para evitar posibles contagios de COVID-19.
El 2-0 estuvo a cargo de Raphael Guerreiro a los 45'. Durante el festejo se vio que Julian Brandt lo saludó chocando los codos y evitando cualquier contacto con las manos.
Las únicas personas que no tenían tapa boca en el estadio fueron los 22 jugadores que estaban en el campo de juego, los árbitros y los dos entrenadores. El resto usaron mascarillas: suplentes, cuerpo técnico y médico e incluso los periodistas acreditados.
Además, se respetó la distancia de un metro y medio entre cada uno de los suplentes. Quedó en evidencia en la separación que había entre cada asiento del banco de relevos. Punto que se establece en el protocolo sanitario de la Bundesliga.
Es característico que, ni bien termine el partido, los jugadores se arrimen a las tribunas y saluden a sus hinchas por el triunfo. Pero en esta oportunidad no había hinchas ya que los encuentros se juegan sin público.
Poco les importó a los futbolistas del Borussia Dortmund porque al finalizar el encuentro, y con la victoria consumada, se acercaron a las tribunas y saludaron a nadie ya que estaban vacías.
Volvió a rodar la pelota, lo hizo con algunos hechos que, hasta hace unos meses atrás, serían considerados como inusuales. Aunque ahora, y por como viene todo, debemos tomarlos como "la nueva normalidad".