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Federico Piccardo, el árbitro asistente que recibió el impacto de una piedra arrojada desde la parcialidad de Racing tras la derrota del equipo de Sayago por 2-1 ante Peñarol en el Parque Viera el pasado sábado, se refirió al episodio en diálogo con el programa Quiero fútbol, de Sport 890, y valoró haber sentido “el respaldo del 99% del ambiente del fútbol”.
“Fue un partido que no lo vimos como polémico. No hubo jugadas polémicas, y no sé si los asistentes cobramos algún fuera de juego. Más allá de las protestas normales que se dan, Leodán [González] hizo un excelente arbitraje. No vimos nada extraño”, dijo, reforzando su postura de sorpresa total ante los hechos ocurridos luego del encuentro.
El equipo arbitral se juntó en el medio de la cancha y se arrimaron “algunos jugadores a hablar y saludar, como en el 90% de los partidos, en buenos términos y sin problemas”. “Encaramos la salida con la Policía hacia la cabecera locataria, y cuando estábamos retirándonos me impactó una piedra y caí arrodillado. Me paré y salí hacia atrás. Estaba un poco mareado”, recordó.
Tuvo la suerte de que “estaba mirando para ese lado” y pudo correr el rostro en un acto reflejo. “Vi de dónde salió y me dio tiempo de correr la cara hacia un costado para que no me pegara de pleno en un ojo, ni en la nariz. Fue entre el caballete y la cara. La Policía nos sacó hacia atrás”, narró.
Sobre el agresor, dijo haber visto desde dónde salió la piedra. “Vi a una persona que se aproximó al alambrado y se hizo autor. ‘Fui yo, mirame. Fui yo, acá estoy’, dijo, y siguió insultando. Estuvo en la misma tesitura hasta que nos retiramos. Es fácilmente reconocible. Si veo a esa persona en los videos, la puedo reconocer”, explicó.
Piccardo aclaró que nunca nombró al secretario general de Racing, a quien no conoce, ni a nadie. “Lo que di fueron características físicas de la persona y la locación de dónde había salido la piedra. Si están los videos del Ministerio del Interior, se va a ver claro porque es fácilmente identificable. Salió primero la parcialidad de Peñarol, nos fuimos nosotros y él seguía ahí”, dijo.
El árbitro asistente confirmó que el agresor quiso comunicarse con él al día siguiente, pero consideró que “no era el momento”. “Era muy reciente y uno también tiene sangre en las venas. Consideré que era mejor bajarle el perfil y dejar que la Justicia actúe”, indicó.
Piccardo reconoció que “la familia es el punto clave de esto”. “Uno, más o menos sabe dónde está, y si bien esto no debería pasar, es consciente de que está expuesto a estas cosas. La familia es la que más lo siente. Tengo una hija de 14 años y entiende todo. Mi mujer estaba en el Centenario viendo a Luis Miguel, sin saber nada, y cuando salió del show se topó con todo esto, que fue una locura”, lamentó.
Más allá de eso, asegura que ni siquiera pensó en dejar de trabajar en el arbitraje. “La familia un poco se acostumbra a estas cosas. Mi hija y mi mujer me conocieron árbitro. A mí ni se me pasa por la cabeza, ni por asomo, dejar de ir a arbitrar. Sería una manera de que ganaran los violentos, y para mí eso no tiene cabida. Hay que seguir dando pelea porque no puede ser que esto esté así”, concluyó.
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