Real Madrid cortó la peor sequía de sus últimos 22 años a nivel local y conquistó la Liga. Desde la campaña 2011/12 no ganaban el torneo doméstico los merengues, cuando se coronaron con Mourinho como entrenador. Luego le tocó tres veces a Barcelona y una al Atlético de Madrid.
El elenco de Zidane llegaba a la última jornada con tres puntos de ventaja sobre Barcelona y desventaja en los cruces directos con los culés, por lo que debía sumar al menos un punto para no depender de nadie y festejar. A su frente un rival que no se jugaba nada y al que venció con justicia.
El partido empezó de forma inmejorable para los merengues, que a los 2’ ya estaban en ventaja. Falló el fondo local, Isco puso en carrera a Cristiano Ronaldo y el portugués definió al arco vacío tras sacarse de encima al arquero Kameni. En los minutos posteriores pudo haber aumentado el Madrid.
Málaga, que tuvo al uruguayo Federico Ricca de titular, se fue con todo al frente y avisó con Sandro Ramírez como principal figura. El joven atacante que está cedido a préstamo por el Barcelona avisó con un remate apenas desviado y luego con un tiro libre que obligó a Keylor Navas a realizar una gran atajada.
Si bien volvió a llegar a los 33’ Real Madrid, cuando Kameni le ahogó el grito a Cristiano Ronaldo, sacó el pie del acelerador y perdió intensidad en el tramo final del primer tiempo. No obstante, el triunfo parcial del Éibar en el Camp Nou al descanso le daba tranquilidad, más allá de que después los culés dieron vuelta su resultado.
Para no depender de nadie y evitar sorpresas, a los 55’ cayó el 2-0 merengue; córner desde la derecha, remate de Ramos que tapó Kameni, rebote en el pecho de Varane y derechazo de Benzema en posición adelantada. Los jueces no percibieron el finísimo offside del francés y el pleito se liquidó.
De allí en más el trámite cayó en un pozo. El “campeones, campeones” comenzó a bajar desde la grada. Los pocos hinchas madridistas que estuvieron en La Rosaleda comenzaron a celebrar a media hora del pitazo final, a pesar de las noticias desde el Camp Nou. El triunfo blanco estaba asegurado.
Federico Ricca jugó los 90 minutos por el dueño de casa, Michael Santos fue suplente y Gonzalo Castro entró a los 60’. El Chori estuvo a punto de descontar a los 89’, pero su remate dio en el caño. A esa altura ya festejaba el Real Madrid, que abrochó el 33.º título de su historia y que por primera vez cerró una Liga anotando en todos los partidos.