Un partido amistoso entre Villarreal y Levante disputado este jueves en la Ciudad Deportiva Miralcamp, propiedad del equipo amarillo, tuvo una repercusión bastante superior a la que podía esperarse y dejó el resultado de 0-0 como una simple anécdota.
Roberto Soldado, delantero de 36 años que llegó al Levante en el corriente período de pases procedente del Granada, le entró con los tapones en los gemelos de la pierna izquierda a Jorge Cuenca, un joven mediocampista de 21 años.
Iván Caparrós Hernández, el árbitro del partido, le perdonó la expulsión al experimentado atacante y apenas le mostró la tarjeta amarilla para no condicionar un partido de práctica. Soldado se salvó de la expulsión, pero no de los insultos a través de las redes sociales.