El Girona consiguió un agónico empate este sábado ante Cádiz gracias a un gol de penal de Cristhian Stuani en el último minuto. El delantero ingresó en la segunda parte, mientras que en su rival jugó Alfonso Espino y entró Brian Ocampo.
Fue una primera mitad dominada por las defensas, pero el cuadro local tuvo dos ocasiones claras para adelantarse. La primera fue en el minuto 22: Javi Hernández asistió a Bernardo Espinosa con un gran centro lejano, pero el cabezazo del colombiano desde el punto de penal, solo, terminó en los guantes del arquero visitante.
Ya cumplida la media hora, el ex Torque Valentín Castellanos puso un centro de la muerte en la frontal del área chica y el disparo de Arnau Martínez se marchó cerca después de rebotar en las piernas de un defensor.
El Cádiz contestó de forma inmediata con la que fue su única aproximación peligrosa y, a la vez, la ocasión más clara de la primera mitad: Rubén Sobrino llegó al área catalana solo, tras un rápido contragolpe originado por una desatención de la zaga local, pero erró en el mano a mano ante Juan Carlos Martín.
El Girona había sido tímidamente mejor en el primer acto, pero el equipo andaluz empezó el segundo de la mejor manera: con el gol de Álex (46'). Álvaro Negredo, asistido por Iván Alejo, centró desde la línea de fondo y el 8 del Cádiz batió a Juan Carlos pese a no impactar bien el balón. Juan Carlos tocó la pelota, pero no pudo cambiar el destino del disparo.
El conjunto de Sergio pudo doblar su ventaja por mediación de Negredo, con un cabezazo desde lejos y en forma de vaselina que casi supera a Juan Carlos, y de Alejo. En el minuto 52 ya había entrado Cristhian Stuani, como remedio de Míchel Sánchez para revertir la falta de eficacia. Justo después de pisar el verde ya asustó a Conan con dos cabezazos a saque de esquina.
El resultado propició un contexto de indiscutible dominio catalán mientras se multiplicaban las pérdidas de tiempo de los jugadores del Cádiz. Y el enfado de Montilivi con el árbitro. En el minuto 67 Castellanos estrelló un balón en el travesaño y en el 75 se invalidó un gol en propia de Juan Cala que hubiera supuesto la igualada, a instancias del VAR y por falta.
También se anuló, en ese caso por fuera de juego, un gol de Castellanos, para frustración del Girona. Cuando todo parecía ya perdido para los gerundenses, Pacha Espino cometió penal sobre Manu Vallejo y Stuani lo transformó con un remate ajustado al palo, para romper la racha de tres derrotas seguidas.