Celta de Vigo logró el primer triunfo de la era Miguel Cardoso al vencer a Huesca con dos goles de Iago Aspas, el factor diferencial en un partido en el que el equipo visitante, que no gana desde la primera jornada de liga, acusó su falta de pegada en ataque.
Huesca, que repitió el equipo que había empatado ante el Levante, tuvo un comienzo entusiasta. Salió al partido con más ritmo que el Celta.
Refugiado en los regates y desbordes de Boufal, pero con Aspas y Maxi Gómez poco atareados, el Celta fue estirándose poco a poco.
Disfrutó de aproximaciones sin demasiado peligro: un par de intentos de Boufal y algún lanzamiento blando de Maxi Gómez.
El equilibrio del partido, interrumpido a veces por el descontento de la grada, se rompió en los minutos finales del primer tiempo con un gol de Aspas: el delantero solo tuvo que empujar en la línea un centro de Hugo Mallo, un gran desenlace para una estupenda jugada de Brais y Hugo Mallo por la banda derecha.
El Huesca allí apretó pero se sintió inútil para finalizar sus ataques. El Celta, cómodo en el guión de ida y de vuelta, fue más letal y Aspas no perdonó para el 2-0 final.