Barcelona logró una nueva goleada en un partido cuyo resultado sustentó por lo hecho en el segundo tiempo. El 1-1 con el que se fue al descanso era justo, pero se despabiló rápido y fue la máquina imparable que acostumbra en la etapa complementaria.
La primera mitad no fue tan favorable al equipo culé como suele serlo. Si bien generó un par de situaciones en el primer cuarto de hora, también pasó zozobras, como cuando Planas exigió a Bravo tras un error de Sergi Roberto en su propio campo.
El encuentro lo destrabó una falta sobre Suárez que aprovechó a la perfección Messi. Tras la infracción, que fue la segunda sobre el uruguayo que terminó en tarjeta amarilla, Messi ejecutó brillantemente un tiro libre y dejó sin asunto al arquero Sergio Álvarez a los 28’.
Lejos de amilanarse o de seguir defendiéndose para evitar la goleada, el Celta fue valiente, salió de su trinchera y lo buscó. Avisó Beauvue con un espectacular derechazo de aire a los 32’ e igualó el sueco Guidetti a los 39’ gracias a un penal que le cometió Jordi Alba tras perder en su propia área una pelota que tenía controlada.
Sacudido por una mala primera parte, el Barça salió con todo en la segunda y mostró su repertorio. Primero lo tuvo Suárez con un disparo que dio en el caño después de un fenomenal desborde de Neymar por izquierda, y luego el arquero le ahogó el grito a Iniesta tras un jugadón de Messi.
Estaba al caer el 2-1 y cayó a los 59’ con combinación rioplatense: Suárez buscó a Messi y picó al área a buscar la devolución perfecta del argentino para definir de sobrepique a la red.
Y otra vez salió el Celta a buscarlo y estuvo cerca con un par de remates del querendón Guidetti, que tuvo a maltraer a la defensa culé pero perdió con Bravo.
Para la tranquilidad blaugrana cayó el tercero a los 75’. Messi armó la jugada, Neymar definió exigido ante el arquero y cuando el balón iba hacia la red en cámara lenta lo empujó Suárez, por si llegaba su marcador.
Con ese tercer gol se sentenció el trámite. El Celta se desmoronó y Messi siguió imparable. Tras hacer su gol y participar de los otros dos, tuvo un gesto de grandeza en el cuarto. Pudo haber marcado el argentino su gol 300 en la Liga tras un penal que le cometieron a él, pero optó por tocar el esférico hacia un costado y que Suárez definiera a la carrera.
Y después más; un pase soberbio de Suárez al vacío fue aprovechado por Rakitic, que metió una diagonal sin pelota fantástica y desde el corazón del área definió por arriba del arquero, y a los 90’ Neymar selló el 6-1 de contragolpe.
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