Artur Jorge, entrenador de Botafogo, habló en conferencia de prensa tras clasificar a la final de la Copa Libertadores y lamentó agresiones que sufrió su plantel durante el trayecto hacia el Estadio Centenario para enfrentar a Peñarol, considerando que esos episodios “afectan el subconsciente de los jugadores”.
“No es fácil hacer ese blindaje. Llegamos al estadio con cristales rotos y jugadores apedreados en el ómnibus. Tuvimos que alejarnos de eso y ver de qué se trataba el partido, porque vinimos aquí para competir, ganar y avanzar de ronda. Pero la verdad es que los ataques tienen un impacto. Las piedras que entraron al ómnibus afectan el subconsciente de los deportistas, por eso no podemos dejar de hablar de ello”, expresó.
“Ganamos claramente en el primer partido. Aquí tuvimos movimientos de juego que nos resultaron extraños. Extraños por la ventaja que teníamos, extraños por unos momentos en los que dejamos de jugar, extraños porque en la segunda parte dominamos completamente con un jugadores más y nos penalizaron y no nos dejaron terminar una jugada”, dijo en referencia al penal pitado por el chileno Piero Maza que después dejó sin efecto el VAR, pero que en tiempo real le cortó una jugada clara de gol al equipo brasileño.
“Sé que miraremos el resultado, pero tenemos que hacer un análisis cuidadoso de lo que se trata del partido. Un partido en el que inconscientemente nos hicimos más defensivos por momentos, y sólo quien está dentro de una cancha lo sabe. Si solo comentas y miras, es imposible sentir lo que sienten los jugadores”, señaló, y sobre esa postura defensiva aclaró que “Botafogo no es así
“Pero es muy difícil meterse en la cabeza de los jugadores porque es una final, es un momento histórico, es llegar a un nivel muy alto, es estar en lo más alto de las competiciones sudamericanas”, dijo, y reivindicó que el resultado global de los dos partidos fue 6-3. “Fuimos mejores y estamos felices. Perdimos aquí, pero estamos en la final. Es extraordinario para nosotros”, comentó.
Además, remarcó que debía “tener especial cuidado” con las tarjetas que podían acumularse y “preservar a los jugadores que corrían riesgo de no estar presentes en la final”. “Sobre el hecho de que algunos jugadores no jugaron, hablamos con todos ellos, no solo con los que estaban amonestados. En todo el contexto del partido, teníamos mucho más que perder que el rival. Era importante, por encima de todo, mirar el partido de manera competitiva para poder superarlos y estar en la final con mucho mérito por lo que hicimos”, concluyó.