Los Boston Celtics retomaron la NBA por donde la habían dejado: dominando y triunfando. Tras conquistar en junio el 18º título de su historia, arrollaron a los New York Knicks por 132-109 en el partido que dio el pistoletazo de salida a la nueva temporada de la NBA e igualaron el récord de triples en la historia de la liga, con 29 canastas de tres puntos.
132 puntos, 29 triples, tres balones perdidos. Son solo algunos de los asombrosos números de los Celtics, que destrozaron a los Knicks en el TD Garden impulsados por 37 puntos (8 de 11 en triples) y diez asistencias de Jayson Tatum.
Tras ganar 64 partidos en la temporada regular del año pasado y conquistar el título en las Finales contra los Dallas Mavericks, el equipo de Joe Mazzulla recibió los anillos de campeones en los prolegómenos del encuentro y en el parqué dejó claro que los verdes siguen siendo el equipo a batir en la NBA.
A los 37 puntos de Jayson Tatum se sumaron los 24 de Derrick White (4 triples), los 23 y siete rebotes de Jaylen Brown (5 triples), los 18 de Jrue Holiday (4 triples) y los once puntos, tres rebotes y cinco asistencias del dominicano Al Horford (3 triples).
A un paso del récord de triples
Solo faltó la guinda al partido de los Celtics, que estuvieron por encima del 60 % de acierto en triples hasta el cuarto período y que fallaron sus últimos trece intentos de tres puntos que podrían entregarle el récord absoluto en la historia de la NBA. Los verdes tendrán que compartirlo con los Milwaukee Bucks.
Horford ganó el derbi dominicano a Karl Anthony Towns, quien se estrenó con la camiseta de los Knicks con doce puntos, siete rebotes, tres asistencias y un cinco de nueve en tiros de campo. Los neoyorquinos, que el año pasado se rindieron ante los Indiana Pacers en las semifinales del Este tras ganar 50 partidos en la temporada regular, tiraron con un 55.1 % de acierto, pero nada pudieron hacer para frenar el festival anotador de los Celtics.
Jalen Brunson metió 22 puntos, al igual que un excelente Miles McBride que salió del banquillo y selló cuatro de cinco en triples y ocho de diez en tiros de campo. Mikal Bridges, la otra novedad de los Knicks junto a Towns, firmó 16 puntos.
Unos Celtics francotiradores
Que sería un día especial para los Celtics se entendió muy rápido. Tatum anotó desde el arco la primera canasta del año y Boston conectó siete triples en los primeros nueve minutos para tomar ya una cómoda ventaja en dobles dígitos en el 30-17. Acabaron el período con otros tres tiros de tres puntos y lucieron un 59% de acierto en tiros para abrir la contienda.
McBride, el más inspirado en el traumático arranque de los Knicks, evitó que los neoyorquinos se descolgaran de forma aún más dura en el marcador, pero los Celtics no dejaron de pisar el acelerador. Hambrientos, concentrados, decididos a luchar en cada rebote ofensivo, los hombres de Mazzulla tuvieron 24 puntos de ventaja en el segundo período y regresaron a los vestuarios con 19 de margen (74-55) y ya 17 triples. El año pasado, la franquicia verde promedió 16.5 por encuentro.
Con White y Tatum al mando, los Celtics sellaron otros nueve triples, de trece intentos, en el tercer período y dispararon su margen hasta el 111-81. Llegaron al último período con un 26 de 45 en triples y con el récord de tiros de tres puntos ya al alcance.
Pero Tatum y Derrick White no saltaron a la pista en el último cuarto, con el encuentro ya sentenciado, y Brown solo disputó poco más de cinco minutos. Sus compañeros no consiguieron terminar el trabajo desde el arco después de que Horford igualara el récord para el 126-93 con 8.40 por jugar. Sería el último triple de la noche. Los Celtics fallaron trece intentos seguidos y renunciaron al último tiro como forma de respeto hacia los Knicks.
Los Ángeles Lakers arrancaron este martes la temporada 2024/25 con pleno de sonrisas: un sólido triunfo ante los Minnesota Timberwolves por 110-103, la primera victoria para JJ Redick como entrenador y el logro histórico de LeBron James y Bronny como el primer dúo padre-hijo en la NBA.
De 39 y 20 años, respectivamente, LeBron (titular) y Bronny (suplente) protagonizaron una imagen memorable cuando entraron juntos a la cancha con 4.00 en el segundo cuarto para convertirse en el primer padre e hijo que juegan juntos en la mejor liga de baloncesto del planeta.
LeBron, máximo anotador de la historia de la NBA y dueño de incontables récords, añadió esta noche otro más a su colección al iniciar su temporada número 22 en la liga, algo que hasta ahora solo había alcanzado Vince Carter. Al margen de los James y de Redick, la gran estrella de la noche fue Anthony Davis, soberbio en ataque y defensa y que acabó con 36 puntos (11 de 23 en tiros), 16 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones.
Rui Hachimura también brilló en los Lakers con 18 puntos y 5 rebotes mientras que LeBron aportó 16 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias. En Minesota, Anthony Edwards fue el faro con 27 puntos (10 de 25), 6 rebotes y 3 asistencias. Los Lakers masacraron a los Wolves en la pintura (72 por 40 puntos) pero fueron un desastre en el triple (5 de 30, 16,7%). No obstante, los californianos se beneficiaron de las 16 pérdidas de balón de sus rivales.
Davis resuelve
Ya sin el dominicano Karl-Anthony Towns, estos Wolves que han entregado definitivamente las llaves de la franquicia a Edwards saltaron a la pista con Julius Randle como titular y Donte DiVincenzo como suplente. Por los Lakers, sin apenas cambios este verano para competir en un Oeste cada vez más exigente, Redick apostó de inicio por su quinteto más ofensivo: D'Angelo Russell, Austin Reaves, Hachimura, LeBron y Davis.
Hachimura empezó con muchas ganas, LeBron presumió de poderío en varias jugadas impropias de alguien que en diciembre cumplirá 40 años y Davis plantó muy rápido su bandera en la zona. La ofensiva de los Wolves no fue precisamente un prodigio de fluidez con 6 pérdidas de balón solo en el primer cuarto. Pero entre los 8 puntos de Edwards y que los Lakers no ajustaron el punto de mira (8 de 26 en tiros y 2 de 11 en triples), los de Minesota cerraron el primer capítulo por delante (22-23).
Los de Chris Finch, finalistas el año pasado en el Oeste, destacaron el curso anterior por ser un equipo muy físico, rocoso y agobiante. Nada de eso se dejó ver en el segundo cuarto, donde los Wolves se vieron totalmente sobrepasados por unos Lakers mucho más enchufados en la lucha por el rebote y que explotaron de maravilla las 11 pérdidas de los visitantes al descanso.
Así, los Lakers llegaron a tener un +19 tras un tramo fantástico de siete minutos y medio en el que borraron de la cancha a Minnesota con un parcial de 29-9. Además del momento histórico de LeBron y Bronny, los fans locales disfrutaron en ese periodo del novato Dalton Knecht, un especialista en el tiro, que metió sus dos primeros lanzamientos y que se postula como pieza fundamental de la segunda unidad de los Lakers.
La defensa también funcionó a buen nivel y los de Redick se fueron al vestuario con un 55-42 y el partido bajo control pese a su nulo acierto desde el triple (3 de 19). Davis (12 puntos) y Hachimura (11) lideraron a los Lakers y Edwards (14) fue lo único salvable de unos tristes Wolves. Davis se echó definitivamente al equipo a la espalda en el tercer cuarto con 13 puntos, pero los Lakers no lograron romper el encuentro.
Al contrario, los Wolves subieron un par de puntos su intensidad, explotaron la persistente flaqueza de los Lakers en el triple y desplegaron un ataque más coral (con 8 puntos de DiVincenzo en ese periodo) para desembarcar en el desenlace con sus opciones intactas (82-74). A solo 4 puntos se colocaron los Wolves tras un parcial de 3-12 entre el final del tercer capítulo y el comienzo del último (85-81 con 10:38 para el final). Pero Davis volvió a tirar del carro, se impuso en el cara a cara a Edwards y los Lakers sellaron su primer triunfo en la jornada inaugural de la NBA desde 2016.