Eduardo Ache ganó las elecciones en Nacional en diciembre de 2012 con el slogan “para ganar en todas las canchas”. Aquella frase apuntaba a recuperar el peso político que se había perdido en la AUF bajo el mando de Ricardo Alarcón, quien adoptó una posición más conciliadora y pacífica que de confrontación.
Los albos recuperaron su lugar en el Ejecutivo de la AUF a partir de la caída de Sebastián Bauzá, pasaron a ocupar el tan anhelado banco de suplentes local en los clásicos cuando les correspondió y tuvieron más de un penal polémico a favor en el último Apertura, pese a lo cual no pudieron ganarlo. En esa cancha, Ache cumplió con creces.
En lo deportivo hubo turbulencias y festejos. La directiva electa en 2012 comenzó el año 2013 manteniendo a Gustavo Díaz, pero nunca hubo feeling. Llegaron Iván Alonso, Sebastián Abreu, Juan Albín, Efraín Cortés y Diego Arismendi (en medio de promesas de bajar el presupuesto), y pese al respaldo del plantel el Chavo renunció el 3 de marzo tras un empate en Cerro Largo y un buen arranque en la Copa Libertadores.
Cacho Blanco y Gustavo Bueno asumieron de forma interina y dirigieron siete partidos durante un mes hasta la llegada de Rodolfo Arruabarrena, quien no pudo torcer el rumbo en el Clausura 2013 (ganado por Defensor Sporting, que luego perdió la final con Peñarol) y siguió para el Apertura, pese a la dolorosa eliminación a manos de Real Garcilaso.
El Vasco, con confianza renovada y recambio en el plantel (llegaron Benegas, Nacho González, Santiago García, Guillermo de los Santos, Caué Fernandes, Porta y Álvaro Fernández, y se fueron Santiago Romero y Abreu a préstamo, Vicente Sánchez, Damonte, Cristian Núñez, Albín y Lembo para retirarse del fútbol), perdió el Apertura 2013 a menos de Danubio en la última fecha, tras caer con Fénix en el Parque Central, y esa misma tarde de diciembre renunció.
Pocos días después fue contratado Gerardo Pelusso, cuya vuelta parecía un cheque al portador. El floridense, de buen pasaje en filas tricolores, sufrió pocas bajas en el plantel (Álvaro Fernández y Burián) y contó con los retornos de Gustavo Munúa y Sebastián Coates, además de sumar al peruano Cruzado, a Jorge Curbelo y a Henry Giménez. No obstante, el resultado fue nefasto.
Nacional hizo en ese 2014 la peor campaña de su historia en la Copa Libertadores, con apenas un punto sobre 18, y se despidió de la chance de pelear el Clausura con un doloroso 0-5 frente a Peñarol. Aquella humillación clásica del 27 de abril de 2014 fue un mojón; Pelusso puso su cargo a disposición y la directiva aceptó su salida, llegó Álvaro Gutiérrez y ya no volvió a perder con el tradicional rival.
Gutiérrez sumó nueve puntos en sus tres partidos como técnico interino y clasificó a Nacional a la primera fase de la siguiente Libertadores, por lo que se ganó la confianza para seguir en el cargo y empezar a construir el equipo que ganó el único torneo corto de la presidencia de Ache con 42 puntos ganados sobre 45 disputados.
Los albos se quedaron con el Apertura 2014, incluyendo la histórica remontada clásica en los descuentos, y para la Libertadores 2015 afrontaban con confianza la eliminatoria con Palestino tras haber sumado a Ribair Rodríguez, Gonzalo Bueno, Christian Tabó y el colombiano Valdés. No obstante, quedaron eliminados y con un plantel demasiado extenso para un solo torneo.
En el Clausura Nacional no pudo con el Peñarol de Bengoechea, pero lo derrotó en la final y se adjudicó el único Campeonato Uruguayo de Ache en este segundo mandato, que no se pareció en nada al primero (2001-2006), que se cerró con cuatro campeonatos.
El último reto deportivo fue el Apertura 2015, con una apuesta arriesgada como Munúa y una sangría importante, ya que al retiro de Recoba se sumaron las bajas de Arismendi, Pereiro y De Pena, entre otros, y las altas (Barbaro, Eguren, Mejía, Abero, Conde, Malvino y Abreu) no rindieron tanto. El equipo enamoró a sus hinchas por el juego en las primeras fechas, pero quedó eliminado de la Sudamericana y luego perdió la punta a nivel local.
El 1-1 clásico cerró un ciclo de 12 enfrentamientos con Peñarol en esta presidencia de Ache, que incluyó cinco victorias, cuatro derrotas y tres igualdades contabilizando cinco amistosos de verano. Si se tiene en cuenta sólo los oficiales, Nacional ganó dos, perdió tres y empató dos.
En el global de los partidos a nivel local ganó 56, perdió 24 y empató 11 a nivel local, con una efectividad del 65,5%. En lo internacional ganó siete, perdió 12 y empató tres, con apenas un 36,3% de unidades conseguidas, y en el total de sus 113 encuentros oficiales registró un 59,8%.