La eliminación de Uruguay del Mundial de Catar sigue generando polémica después de su concreción, principalmente por las polémicas arbitrales que para muchos fueron determinantes para este desenlace.
El penal que le cobraron a José María Giménez ante Portugal, el que pitaron a Sergio Rochet ante Ghana y los dos que no se sancionaron a Darwin Núñez y Edinson Cavani con los africanos, generaron la molestia de los hinchas, entre los que se repite un argumento: “No tenemos fuerza dirigencial y eso nos pasa factura”.
Ante ello, repasamos los dirigentes celestes que integran la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, donde Ignacio Alonso (presidente de la AUF) es miembro del Consejo que preside el italiano Gianni Infantino, mientras que Alejandro Balbi (vicepresidente de Nacional) es parte de la Comisión de Grupos de Interés de Fútbol.
Esta comisión asesora y asiste al Consejo en todos los asuntos relativos al fútbol, particularmente en lo referente a la estructura de este deporte y las cuestiones técnicas. También se ocupa de las relaciones entre clubes, jugadores, ligas, federaciones miembro, confederaciones y la FIFA, así como de asuntos relativos a los intereses del fútbol de clubes en todo el mundo.
Por otra parte, la Comisión de Árbitros, una de las más importantes y que preside el tano Pierluigi Collina, tiene representantes de Islas Mauricio, Seychelles Islas Salomón, y Singapur, entre otros. Por Sudamérica, el único presente es el brasileño Wilson Seneme.
Continental
Si observamos los cargos continentales en Conmebol, vemos que de los cuatro nombres celestes que están en la fase directriz, dos se repiten.
Alonso es miembro del Consejo Ejecutivo de la Confederación, mientras que Balbi forma parte de la Comisión de Gobernanza y Transparencia.
A ellos se le suman Carlos Amaral, miembro de la Comisión de Cumplimiento y Auditoría, y Horacio Agustín Pintos, de la Cámara de Apelaciones.
Recordemos que en 2018, el entonces entrenador de Uruguay renunció a la ahora extinta Comisión de Estrategia de la FIFA, para evitar convivir con personas que manejan "valores muy diferentes" a los suyos, tras la situación que se generó con la mordida de Luis Suárez a Giorgio Chiellini.