La conquista de la Copa Libertadores por parte del Palmeiras generó una inmensa alegría en los hinchas del club, que sólo habían alcanzado la cima del continente en 1999, y un festejo del plantel que fue tan corto como intenso. Es que en febrero los espera una seguidilla con muchos partidos, viajes y cuatro torneos.
Hoy el Verdao enfrentará al Botafogo por la fecha 33 del Brasileirao, que se cerrará mañana con Santos-Corinthians. El equipo del portugués Abel Ferreira marcha sexto con 52 puntos, a 13 del líder Inter. Ya sin chances de pelear el título, no tiene motivación alguna, dado que está clasificado a la próxima Libertadores. Utilizará suplentes y luego partirá hacia Qatar.
El próximo domingo a las 15 horas debutará en el Mundial de Clubes en Qatar enfrentando al ganador del duelo del jueves entre Tigres de México y Ulsan Hyundai FC de Corea del Sur. De ganar esa semifinal, jugará la final el jueves 11 frente al Bayern Múnich, Al Duhail SC de Qatar o Al Ahly de Egipto. No integra el plantel Breno Lopes, autor del gol en la final, porque su pase se dio después del cierre de la ventana internacional.
En su vuelta, Palmeiras tendrá que ponerse al día con el calendario del Brasileirao, además de disputar la Recopa Sudamericana frente a Defensa y Justicia. A falta de confirmación oficial, el partido de ida sería el 18 de febrero en Buenos Aires y la revancha el 3 de marzo en Sao Paulo.
También tiene por delante el Palmeiras la Copa de Brasil, un título que no gana desde 2015 y por el que el campeón embolsará 17 millones de dólares. El equipo de Matías Viñla cerrará su agitado mes disputando la final de ida el 28 de febrero. En el medio, apenas unos minutos para tomarse la foto con la Libertadores y la bandera uruguaya.