Una situación pocas veces vista se dio en el duelo entre Aston Villa y el Brujas por la cuarta fecha de la fase inicial de la Champions League, duelo que se disputó en tierras belgas.

A los 50’ y con el partido igualado sin goles, se dio un saque de arco para los ingleses que el golero argentino Dibu Martínez, colocó en el área chica y le pasó el balón a su compañero Tyrone Mings.

El zaguero, distraído y no prestado atención a lo que estaba sucediendo, tomó el balón con la mano, la volvió a posicionar y repitió la salida.

El árbitro Tobías Stieler no dudó en sancionar el insólito penal que luego cambió por gol Hans Vanaken dos minutos después. Un gol que terminó por sellar el triunfo local y la perdida del invicto en la competencia del conjunto inglés.