Marcelo Areco, exdirigente de Peñarol, estuvo presente este jueves por la noche en el sector de la tribuna del Gigante de Arroyito que se le otorgó a los hinchas de Peñarol para ver el partido ante Rosario Central por la Copa Libertadores, pero la realidad es que no pudo ni siquiera ver la cancha debido a la sobreventa de entradas que hubo.
En el transcurso del partido publicó un tuit con imágenes del interior de la tribuna, zona en la que se encontraba, ya que no podía pasar por la gran cantidad de gente que había. “Meten el doble de personas de las que entran en el sector. La gente local desde arriba, primero vasos, después escupitajos, después tiraron vallas, lastimando gente de Peñarol. Las canchas argentinas no tienen los controles que hay en otros países”, escribió.
“Después que compré la entrada, me enteré” que la hinchada aurinegra iba a la bandeja de abajo. “Mi hijo me dijo: ‘Mirá que nos toca la bandeja inferior’. Ya teníamos las entradas y todos para venir, supusimos que iban a tratar de prevenir algo que era bastante obvio”, dijo este viernes en diálogo con Minuto uno, de radio Carve Deportiva.
“Entramos al estadio a las 17:00 y ya había mucha gente. Cuando cayeron las vallas, los ómnibus todavía no habían llegado. Había 41 o 42 ómnibus de Peñarol, y eso ya son 2.000 personas, y la tribuna ya estaba prácticamente llena. El Acuario del Paraná, que era el punto de encuentro, ya estaba lleno”, comentó.
“No se veía la bandeja de arriba, pero sabíamos que había gente. Los primeros 20 minutos no pasó nada, y de repente empezaron a volar algunos vasos de refresco, escupieron, y cuando tiraron las vallas la gente empezó a correr. La estampida fue peor que las vallas, hubo muchos golpes y algunos heridos”, contó, y añadió: “Las vallas cayeron a 50 centímetros de nosotros”.
Explicó que, “entre medio que pasa todo eso, iban llegando los ómnibus, que eran 2.000 personas más”. “Terminamos hacinados abajo de la tribuna y sin respuestas de hacer nada. La hinchada de Peñarol se comportó bien, fue solidaria entre sí. Todos eran conscientes de que estábamos en un lugar que era para la mitad de las personas que había. Había personas mayores y muchos niños”, ahondó.
“¿Qué hubiera pasado si esto pasaba en Montevideo? Era totalmente evitable. Las cabeceras deben ser para unas 8.000 personas, y a Peñarol le tocó una cuarta parte. Se vendieron muchísimas más entradas, eso fue el principio del problema”, destacó. “Había dos pisos de escalaras llenos de gente. Había unas 2.000 personas ahí y no vimos la cancha, nada”, siguió.
Detalló que “en la bandeja de arriba había cinco o seis guardias de seguridad que, cuando la gente de Central se lo propuso, los sacó del medio”. “Uno espera que la gente de Central reciba sanciones para que sea ejemplarizante. Pudo haber pasado una tragedia”, expresó Areco.
“Afuera había hinchas de Central apedreándose con la Policía. Optamos por quedarnos abajo de la tribuna porque sabíamos que el operativo, al menos los primeros metros, iba a estar alrededor y nos iba a permitir salir”, dijo sobre la salida, y agregó: “No tuvimos inconvenientes. Salimos, tuvimos que cruzar un parque, caminamos unas 20 cuadras, llegamos a una avenida y agarramos un taxi. A los que estaban en ómnibus, los esperaban en la puerta y salían custodiados. El resto salió por su cuenta”.
“Lo mejor es que los hinchas de Central no vengan. No pueden venir a Montevideo porque no puede pasar absolutamente nada bueno. Hay que evitar lo que acá no se quiso, no se pudo o no se supo evitar”, lamentó, y concluyó diciendo que “esta fue la peor” experiencia que tuvo en una cancha en el exterior.