El campeón se define en 40 minutos

Gran expectativa existe en torno al quinto partido final entre Hebraica Macabi y Malvín, las entradas volaron en menos de cuatro horas y no solamente el ambiente del básquetbol está pendiente de esta definición entre los dos mejores equipos de la temporada. Esta noche se cierra un largo camino que comenzó por setiembre y que tiene alrededor de 50 partidos en las espaldas para cada conjunto, pero todo ese recorrido quedará reducido a 40 minutos de básquetbol en donde se definirá quien es el campeón de la Liga Uruguaya.

Es que ambos apostaron a estar en este lugar y ser el mejor de la temporada, Malvín respetando un proceso y continuando una línea que lo ha llevado a conseguir sus primeros dos títulos en Primera División, mientras que Hebraica apostó fuerte y ésta vez acertó en las contrataciones, por lo cual ambos cuentan con méritos sobrados a la hora de pelear por el cetro.

A la hora de aventurar que puede suceder en esta finalísima, sería hacer futurología apostar a un claro ganador teniendo en cuenta lo sucedido en los cuatro cotejos anteriores, donde si bien los trámites han sido parejos, los dos equipos mostraron virtudes en los juegos que ganaron y defectos en los que se quedaron con las manos vacías. Siguiendo una línea, sigue siendo Malvín mi favorito para quedarse con la serie, pero no sería injusto que Hebraica se alce con la copa.

La defensa como bandera

Sin dudas el aspecto que ambos entrenadores ponderan y que ha resultado clave en los partidos que ambos equipos consiguieron el éxito es la defensa. Como sucede en el básquetbol mundial y sobre todo en la competencia europea, se buscan constantemente caminos para frenar el poderío ofensivo del rival. Eso fue lo que vimos en el primer juego, un score sumamente bajo, pero que permitió a Malvín pegar primero, recibiendo solamente 53 puntos y siendo consciente que si no dejaba correr la cancha al "Panchi" Barrera, podía lograr el éxito.

Con otras armas y basándose en un planteo excelente de Signorelli, en el segundo y tercer juego Hebraica Macabi maniató al ataque playero, lo dejó sin aire y consiguió dar vuelta la serie. La actitud puesta en esos 80 minutos fue espectacular y el circuito generador de básquetbol Fitipaldo-Martínez-Jeffries se vio reducido a la mínima expresión.

Pero en el momento más difícil y cuando no había mañana, nuevamente Malvín sacó a relucir todas sus virtudes en este rubro y con un segundo tiempo brillante en materia defensiva, con un crecimiento sustancial de dos hombres importantísimos en como Chris Jeffries y Reque Newsome, el elenco de Pablo López, quien acertó muchísimo a la hora de plantear ese segundo tiempo sabedor que no había mañana, logró llegar a esta instancia de definición a un solo partido.

Lo cierto es que yendo a la frialdad de los números, en un juego planteado por encima de los 70 puntos el que saca mayores réditos es Hebraica Macabi, en tanto, cuando el tanteador está por debajo de ese promedio, el que se siente más cómodo y se ha quedado con los partidos ha sido el playero.

El ajedrez está armado

Durante toda la serie no ha existido un punto en el cual uno pueda advertir que sea el clave para desnivelar las acciones; yendo a lo estrictamente individual, está claro que Hebraica Macabi posee un talento en algunos de sus jugadores que puede ser superior a Malvín, pero el Azul de la playa sabe que cuando algunos hombres están despiertos, se potencia el colectivo y es letal.

Por el lado de Hebraica, el más regular durante toda la temporada ha sido el "Pica" Aguiar, quien sigue demostrando ser desnivelante en nuestro medio y en algunos partidos fue pieza clave a la hora de detener a Jeffries y ganar ese duelo. Sin dudas que es innegable la importancia de Joaquín Izuibejeres en este equipo, el cerebro y el hombre que en los momentos calientes siempre está, al igual que el "Panchi" Barrera, hombre que ha sido referencia absoluta del rival a la hora de defender y que con su magia puede romper cualquier defensa.

En cuanto al perímetro, Malvín también tiene piezas claves que han sido desnivelantes e importantes en pasajes de la serie. Dentro de lo mejor que han tenido los comandados por Pablo López, Bruno Fitipaldo ha sido regular, el joven al cual no le pesa la responsabilidad, se encargó de cerrar algún partido en otra demostración de jerarquía al igual que lo hiciera el año pasado ante Biguá. La influencia de Fernando Martínez es notoria, en otro rol que años anteriores, pero liderando como capitán a este equipo, apareció en el momento que Malvín más lo necesitaba, cuando en el segundo tiempo del cuarto partido comando a su equipo al triunfo.

En lo táctico, hay tres piezas que tienen preponderancia, Jeffries y Newsome en el playero y Freije en el macabeo. El repunte de los hombres de Malvín fue sustancial para forzar el quinto juego y ambos se vuelven importantísimos a la hora de la rotación defensiva, dependiendo de las necesidades para ir tras la referencia de Aguiar o del propio Freije. A su vez, el rubio extranjero macabeo es un arma letal para cualquier defensa, con su gran mano detrás de los 6,75 es capaz de romper cualquier esquema y también se vuelve un hombre clave en las ayudas sobre los perimetrales rivales, cumpliendo un rol pocas veces apreciado dentro del juego.

Dentro de los hombres de la zona pintada, el duelo Myles-Hatila ha tenido siempre a ambos ganando en ataque y perdiendo en defensa, y ahí está donde la lectura de los generadores de básquetbol puede pesar en el desenlace final, en el último cotejo Hebraica se olvidó de Passos y lo pagó caro.

Tal como si lo hubiera libretado el mejor escritor, luego de recorrer una larga trama, de superar adversidades, de conseguir logros, el desenlace es perfecto y el campeón de la Liga Uruguaya se define en un quinto partido, con un Palacio Peñarol que estará repleto y en un juego que nadie se quiere perder, eso sí, el final feliz será solamente para uno.

Santiago Rodríguez/Montevideo Portal