Gastón Reyno confirmó para el próximo 24 de mayo su primera pelea profesional en el ámbito del boxeo, el rey de los deportes de combate y uno pocos en los que aún no había incursionado. El rival en esa velada, que tendrá lugar en Buenos Aires, será Ezequiel Vallejos, un argentino que también hará su estreno profesional, pero que, a diferencia del uruguayo, cuenta con experiencia amateur en su historial.
El Tonga, quien ha ganado todavía más notoriedad en los últimos tiempos por sus análisis certeros en las peleas de distintas disciplinas que transmite junto al equipo de ESPN Knock Out para toda América, dialogó con FútbolUy y contó cómo se gestó la posibilidad de subirse por primera vez al cuadrilátero. Después de comentar bare knuckle (boxeo sin guantes), se animó a practicarlo, y ahora da un paso más.
Cerca del país y en su casa televisiva
“Me llevaron a comentar bare knuckle y me encantó. Y pensé: ‘Me tengo que animar a hacerlo’. Ya he peleado en taekwondo, kick boxing, muay thai [boxeo tailandés], full contact, jiu jitsu y MMA; y pensé que tenía que hacerlo. Me volvió loco la experiencia y quiero ser campeón de bare knuckle. Se pelea mucho menos porque hay más lesiones en las manos. Mi próxima pelea seguramente sea en julio”, expresó sobre su incursión en este deporte.
“Quiero aprovechar porque estoy bien, sano, y lo estoy disfrutando. Y ahora quiero meter una pelea de boxeo. Después de la de bare knuckle, lo de boxear fue más idea de la gente de ESPN que mía. Había opciones de hacerla en México y Estados Unidos, pero Argentina es muy cerca de Uruguay, y yo muero por pelear en mi país. No será Uruguay, pero es cruzando el charco”, valoró el luchador montevideano de 37 años.
“Lo más importante era pelear para ESPN. Puedo pelear en cualquier lado, pero trabajo ahí y es mi casa, así que peleo para mi gente. Cerraba todo. El Chino Maidana [exboxeador argentino que hoy se desempeña como promotor], ESPN y yo teníamos ganas, así que aprovechamos”, añadió Reyno, quien se topará con la dificultad de afrontar un deporte de combate muy distinto a los que practicó en sus inicios, todos caracterizados por el uso de las piernas. La técnica prevalece y la adaptación no es sencilla.
El boxeo es “el más difícil”, pero quiere “pelear todo”
“De todas las disciplinas que practiqué, es la más difícil para mí. Yo soy de las patadas, y acá no las tengo. Tampoco puedo llevar la pelea al piso, ni tirar rodillas ni codos. Y es completamente diferente al bare knuckle, donde se puede pegar desde el clinch. Fui a pelear a Tailandia y tenía herramientas para defenderme. Tengo los nudillos duros y aguante en la cara, pero en el boxeo tenés que saber boxear. No podés ensuciar una pelea y pretender ganar. Es un desafío grande para mí, pero me encantan los desafíos y me encanta aprender”, destacó.
“Quiero tener 80 años y decir que me animé a pelear todo. Y, después, al momento de comentar en televisión, hacerlo desde la experiencia, porque también comento boxeo. Hay pocos peleadores que pueden hacerlo. La mayoría de los comunicadores de los deportes de combate son periodistas, que si bien son fanáticos, muy pocos se subieron a pelear. Y muy pocos pueden decir que pelearon todo. Yo voy a poder decirlo”, expresó orgulloso.
De su adversario todavía no tiene un conocimiento muy avanzado, pero prefiere centrarse en lo que él pueda hacer en el ring. “Me dijeron que es debutante como yo en el boxeo profesional. Tiene peleas amateurs y yo ninguna, pero, sin faltarle el respeto, no me preocupa demasiado lo que vaya a hacer él, sino lo que pueda hacer yo”, dijo visiblemente tranquilo.
El corte de peso, de la mano con la madurez
De lo que no se salva en ningún deporte es del proceso de cortar el peso para dar con las libras exigidas en la balanza, aunque con los años lo asume de forma más natural y menos dramática. “Hoy me desperté con 164 libras [74 kilos] y tengo que llegar a 154 [70 kilos], pero no tengo problemas. Antes, en el MMA, me mataba cortando de a 12 y 14 kilos. Mi cuerpo no estaba acostumbrado y rebotaba mucho”, recordó.
“Me iba dos semanas a Uruguay y me mataba a asado, bizcocho y torta frita, y subía como 20 kilos. Ahora no. Cada tanto me doy un gusto con una cucharada de dulce de leche, una milanesa o un asado, pero mi cuerpo se estableció y no lo castigo tanto. Ni aumento tanto de peso ni adelgazo tanto. Yo antes pensaba que, a mayor sacrificio, mejor resultado, pero parte de la madurez es entender que no siempre es así. Si estás bien, contento y feliz, también se consigue un buen resultado”, reflexionó.
Ese proceso de madurez, como peleador y como hombre, lo encuentra “contento en Miami, que si bien no es Uruguay, es muy parecido”. “Estoy esperando a un amigo para ir a comer una milanesa. Eso en Kansas City no me pasaba. Me casé, tengo mi perrhijo, estoy formando mi familia y disfruto mi trabajo como comentarista. También disfruto de entrenar y pelear. Me siento bien físicamente. Son muchas cosas juntas que me hacen sentir feliz”, manifestó.
Dentro de esa felicidad está su trabajo como comentarista, que le “encanta”. “No sé si lo hago bien, pero lo disfruto mucho. Mi ventaja es que tengo pasión por esto, entonces no lo siento como un trabajo. Si un sábado comento UFC, no tengo ganas de otra cosa que estar ahí mirando y comentando. No me molesta ir a trabajar”, ponderó.
También disfruta de los viajes por trabajo, por estar “cerca del evento, sintiendo la energía que se vive”. “Me gustan todos los deportes de combate. Justo en mi equipo son todos apasionados, pero hay otros compañeros que, si bien son muy profesionales, tal vez no tienen esa pasión. Y a mí lo que me gusta transmitir es eso”, expresó el Tonga, quien a pesar de ese nuevo rol en las transmisiones sigue entrenando y pensando como un luchador.
“Me gusta poder decir que peleo donde sea, con quien sea y en la disciplina que sea. No sé si muchos peleadores pueden decirlo. Veo el crecimiento del bare knuckle y me hace acordar muchísimo a cuando empezó el MMA. Me tocó en Uruguay tener que explicar cosas básicas, y hoy todo el mundo sabe lo que es el MMA. Con el bare knuckle va a pasar lo mismo en cinco años. Quiero subirme a la bareknuckoleta antes de que eso explote”, dijo, pensando a futuro.
Ese boxeo sin guantes, que tan entusiasmado lo tiene, hoy goza de un impulso inmejorable de parte de otro exponente que se animó a probar varias disciplinas. “Connor McGregor, la figura más importante de los deportes de combate, acaba de comprar parte de bare knuckle, y va a seguir creciendo. Humildemente, creo que tengo todo para ser campeón, así que voy a seguir intentándolo para conseguir ese cinturón”, concluyó el Tonga, quien, fiel al estilo que lo caracterizó desde sus inicios, se enfoca en el próximo combate, y un poco más allá también.