Diego Montiel, el sueco que juega en Islandia y siempre soñó con defender a Uruguay

Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores recogidos en 2022, más de 3.000 uruguayos viven en Suecia. A día de hoy el número no debería haber variado demasiado, aunque sí, tal vez, lo hizo con respecto a los años noventa, época en la que nació el protagonista de la historia de hoy.

Hace 29 años en Västerås, una ciudad cercana a Estocolmo, capital del país nórdico, nació Diego Montiel, quien charló con FútbolUy y contó detalles de su vida. Sus padres son los dos uruguayos, pero se conocieron en Suecia y allí formaron su familia.

Si bien Diego se crió en aquel país, como todo uruguayo de sangre comenzó a jugar al fútbol desde muy chico. Sus primeros pasos fueron en el club de la ciudad, el Västerås SK, en el que estuvo hasta los 15 años, edad en la que buscó dar un paso más allá.

Se marchó al IF Brommapojkarna, equipo de la capital que es conocido por promover muchos juveniles y que formó, entre varios, a Viktor Gyökeres, el delantero del momento. Bueno, este uruguayo fue parte de ese club; jugó en el sub-21 y entrenó con la Primera.

Con 18 años, a mediados de 2014, volvió al Västerås SK para jugar en Tercera División sueca, en lo que sería su primera experiencia como profesional. Seis meses más tarde fue al Dalkurd, que competía en la misma categoría y con el que consiguió el ascenso a Segunda tras proclamarse campeones.

Luego de un buen año, le llegó la oportunidad de jugar en la Primera División. El club que confió en él fue Sirius. Sin embargo, no jugó mucho y fue cedido al Gefle, de la Segunda. Tras eso se fue al Örgryte, tambien de la Superettan [Segunda División], y allí tuvo una “muy buena temporada [13 goles y 15 asistencias en 28 partidos como mediocampista]”, según sus palabras.

Diego Montiel en Sirius. Foto: Instagram @diiegomontiel

Eso le permitió poder tener su primera experiencia en el exterior, concretamente en Bélgica. Se marchó al KFCO Beerschot de la Segunda División, pero seis meses más tarde emprendió rumbo a Dinamarca, donde tuvo buenas y malas.

Estuvo dos años en Vejle BK, primero jugando en Segunda y luego en Primera, y otros dos en Vendsyssel FF, ambos en la B. “Tuve una muy buena primera temporada y la segunda no tanto. Después cambié al Vendsyssel, donde jugué unos partidos y empezó una temporada muy difícil para mí, con lesiones”, contó.

“Me operé el pie y estuve afuera seis meses. Cuando volví, jugué dos partidos y me rompí el ligamento cruzado. Estuve fuera seis o siete meses y en la vuelta, en mi primer entrenamiento, se me rompe de nuevo”, detalló con respecto a esa temporada 2022/23 para el olvido.

Estuvo seis meses sin contrato y a inicios de 2024 volvió a su Suecia natal para ponerse la camiseta del Varbergs, en Segunda. Pese a tener un año más de contrato, rescindió para llegar al Vestri, de la Primera de Islandia.

En el momento que fue realizada la entrevista, hacía tres días que había llegado al país, y pese a que en Suecia hace frío, lo de Islandia parece haberle sorprendido: “Hace tanto frío que ni hemos entrenado fútbol, solo corriendo”.

“Me ofrecieron un buen contrato y me gusta ir a otros países para ver cómo es la vida y la cultura. Me pareció una oportunidad buena para crecer como jugador y persona”, indicó sobre el motivo por el que decidió marcharse a esta exótica liga.

No estamos lejos

Las tres ligas en las que ha jugado (Suecia, Bélgica y Dinamarca) cuentan con equipos importantes, pero la danesa y la belga fueron las ligas “más fuertes” en las que jugó, y ambas son “más que Suecia”.

“Los contratos en Dinamarca no se pueden comparar con los de Suecia, por eso van más jugadores para ahí”, dijo, y añadió: “La mayoría de los equipos tratan de subir jóvenes, pero hay equipos como Malmö que pueden comprar a los jugadores que quieran”.

Además, comparó con la liga en la que jugará ahora: “La Primera de Suecia está bastante fuerte ahora. Los equipos más fuertes de acá [Islandia] están en un nivel un poco más abajo. El Djurgårdens [de Suecia] jugó contra el Víkingur [de Islandia] por Conference League y le ganó solo 2-1; es bastante parejo”.

¿Y el fútbol uruguayo, en qué escalón está? “No miro porque se me hace muy tarde, lo sigo por las tablas. La selección la miro cuando puedo”.

La Primera División de Suecia “es profesional 100% y la Segunda también, no hay casi nadie que trabaje, solo alguno que quiera”, apuntó, y agregó que “en la Tercera, algunos jugadores hacen eso como único trabajo, pero los sueldos no son tan buenos; hay más jugadores jóvenes y otros mayores que quieren acabar su carrera y les pueden pagar como en Segunda”.

Diego Montiel en Dalkurd. Foto: Instagram @diiegomontiel

En Suecia, al ser un país tan grande, los equipos hacen viajes muy largos y “a veces toca ir 10 horas en bus”, pero van “el día antes del partido” y duermen “en hotel”: “Los viajes son bastantes pesados”. Y, además, “en el invierno es jodido” porque “hay mucha nieve y frío”.

En los equipos grandes como Malmö, AIK, Djurgårdens o Hammarby, la pasión de los hinchas “es impresionante; todos los años es mejor y mejor”. “A veces cuando juega AIK en casa hay 40.000 personas, es el equipo que más hinchas tiene, pero Hammarby juega siempre con su estadio lleno, 28.000, 30.000”, ahondó.

“He visto videos de Uruguay y son muy buenos, pero no lo he vivido”, expresó con respecto a las hinchadas, y señaló que, en las ligas en las que jugó, el “mejor” ambiente es el de Suecia: “En Dinamarca también es bueno, en Vejle siempre jugábamos con el estadio lleno”. “En Islandia no creo que vaya mucha gente”, dijo entre risas.

Y la charla cerró recordando que jugó en todas las selecciones juveniles de Suecia, a excepción de la sub-21, pero igualmente fue claro: “Estaba más interesado en jugar para Uruguay, pero no se dio. Si tenía que elegir, elegía a Uruguay 100%”.