Diego Monarriz y el jugador uruguayo: “Te comen los tobillos como los perros pequineses”

El entrenador argentino Diego Monarriz reflexionó sobre su pasaje por el fútbol uruguayo y el ascenso conseguido por Juventud de Las Piedras a la Primera División, institución que definió: “Hay quizás 40 personas atrás de la tribuna, 30 son familiares y 10 te recontraputean”.

“Juventud pertenece al departamento de Canelones, y está ubicado a 35 kilómetros de Montevideo. Tiene ahí su propio estadio y una chacra que es hermosa”, comenzó explicando Monarriz en una entrevista en el programa La Oral Deportiva (Radio Rivadavia de Argentina) y amplió: “Marcelo Figoli [al que definió como dueño del equipo] confió en mí para tomar la posta de los últimos seis partidos del campeonato y ni bien llegamos, a los dos días tuvimos que competir”.

“Tuvimos una racha en la que empezamos a perder y los hinchas me querían comer vivo. Empezamos a tener una sequía y una seguidilla negativa en la que tenía la valija preparada. Los rivales, con poco o nada, te ganaban el partido y te ibas con el sabor amargo”, recordó.

Sus dirigidos lograron llegar a los playoffs y luego ganarlos en una serie final muy disputada ante Uruguay Montevideo, algo que lo llenó de satisfacción.

“Desde el lugar que me tocó fue hermoso. Me llena de placer embarrarme de nuevo, me devolvió a mis orígenes. Era todo muy rápido, yo quería darles poca información a los chicos porque sino los iba a volver locos. Se encontró un funcionamiento, siempre intentamos poner la pelota debajo del pie e ir para adelante”.

“Tengo una idea y una identidad en mi forma de ser, me brindo al 100% y uno a veces se va decepcionando. Somos pasionales, tanto uruguayos y argentinos, se vive esto con una euforia total, desmedida a veces, porque no deja de ser un juego", amplió

“Lucho a pulmón, se cumplió el objetivo”, para definir al jugador uruguayo: “es un fútbol realmente difícil por lo que se transmite, la pasión, la garra y lo que han demostrado a nivel mundial toda la vida".

“Van por todo y no les importa nada, te comen los tobillos como los perros pequineses, hay que saber interpretar cómo hay que jugar cada partido", cerró.