Diego Lugano, otrora capitán de la Selección Uruguaya de Fútbol y actual presidente de la Asociación de Futbolistas del Uruguay (AFU), estuvo en el lanzamiento del libro Hasta el final, de Daniel Baldi, como presidente de la Fundación Celeste. Tras el evento dialogó de diversos temas con FútbolUy.
Retirado hace ya cuatro años y nueve meses, el exzaguero de 41 años tuvo entre sus últimos compañeros del São Paulo a Antony, el veloz extremo brasileño, que hoy tiene 22 y que brilla en la selección de su país y en Manchester United, y que acordó su compra con el Ajax a cambio de 95 millones de euros y otros cinco en variables.
Una carrera planificada
En la última temporada de Lugano con el cuadro tricolor (2017), Antony era un prometedor juvenil que entrenaba con los mayores. En noviembre debutó con el primer equipo, en 2019 se afianzó y lo vendieron por casi 16 millones de euros a mediados de 2020, seis meses antes de que la Tota abandonara la superintendencia de relaciones institucionales por un cambio de autoridades en el club.
“Tanto lo conozco que subió en el año en que yo me retiré. Luego, como dirigente, lo afiancé un poco en el equipo y participé de su venta al Ajax. Borussia Dortmund y otros equipos importantes estaban atrás de él, pero es un chico muy inteligente y estructurado que entendió, al igual que nosotros, que su perfil era para el Ajax”, contó.
“São Paulo juega parecido al Ajax, y varios jugadores han ido a ese club y terminaron explotando ahí. Fue un plan de carrera muy inteligente que él hizo primero y nosotros lo ayudamos. Es importante dar pasos estratégicos, porque capaz que si iba a un club con características que no fueran las ideales para él, no explotaba así”, opinó.
“Cada vez más el futbolista tiene que entender dónde está, hasta dónde puede llegar, sus virtudes y sus defectos. El de Antony es un buen ejemplo, porque planificó este camino”, destacó, y habló también de la selección brasileña y la uruguaya de cara al Mundial.
“Brasil es el gran favorito, por lejos”
A la hora de elegir un candidato con la razón, dejando el corazón celeste de lado, no tuvo dudas: “Brasil es el gran favorito, por lejos. Y más ahora que Neymar está enojado y empezó a jugar como puede, en su máximo potencial, porque este Mundial para él es el último y el más importante”.
“A eso hay que sumar un entrenador como Tite, que le encontró a Brasil un equilibrio táctico defensivo que nunca tuvo. En los últimos seis años perdió dos partidos oficiales: Bélgica en el Mundial 2018, que fue un partidazo; y la final de la Copa América con Argentina, que si juegan 20 veces gana 19 Brasil. Ojalá no los crucemos en octavos”, señaló.
Sobre el seleccionado uruguayo, cree que llega “fuertísimo” y “con un equilibrio muy grande en todos los aspectos”. “Tiene jugadores de experiencia y jóvenes, y jugadores con diferentes características físicas. Hay muchachos con componentes físicos muy actualizados, de fútbol moderno. Desde el punto de vista táctico veo a un equipo con variantes”, ponderó.
“A diferencia de los Mundiales a los que fuimos nosotros (2010 y 2014), este es el cuarto consecutivo. Y siempre fuimos competitivos. Ahora llegás como diciendo: ‘Pará, ya estoy acostumbrado a estar acá. Llego a ser protagonista y a ser campeón’. En nuestros Mundiales hacía muchos años que no se ganaba un partido”, recordó.
“En Sudáfrica 2010 veníamos de perdernos el Mundial anterior. Ahora llegás sabiendo que vas a ser protagonista, y eso le da al jugador cierta confianza, y al rival le genera respeto. Además de todo eso, llegamos bien futbolísticamente”, concluyó.