El Deportivo La Coruña vive un proceso de deterioro deportivo sin precedentes. En mayo de 2018, con Federico Valverde siendo más suplente que titular, descendió de La Liga a la Segunda División. En la temporada 2018/19 peleó por ascender y en la siguiente volvió a bajar. Hoy sigue en la tercera categoría del fútbol español.
Ya en la pasada temporada le había ocurrido lo mismo que le sucedió hoy; perdió el derbi frente al Celta B, el equipo filial del Celta de Vigo, su máximo rival. Aquella vez fue de local y hoy le tocó caer 2-1 en Balaídos, donde hubo un marco de público similar al de cualquier encuentro del primer equipo. El morbo era mucho y el disfrute fue acorde.
Fabricio a los 12’ y Javi Gómez Castro a los 88’ anotaron para el conjunto celeste, que trepó al cuarto puesto de la tabla de posiciones y llegó a 50 puntos, cuatro menos que su rival de turno, que se despidió de la pelea por el ascenso directo (quedó a nueve de Racing de Santander) y tendrá que pasar por los playoffs si quiere subir.
En el final ubo incidentes entre los futbolistas y una invasión del público local, que ingresó al campo de juego para celebrar a lo grande el buen momento de su equipo joven y la desgracia de su máximo adversario.