Andrés Lamas se recuperó de una lesión de los tendones isquiotibiales y tras un largo período de inactividad firmó su vuelta a Defensor Sporting el pasado 11 de marzo, dos días antes que el coronavirus obligara a suspender la actividad en el fútbol uruguayo.
Mientras se entrena en su domicilio para la vuelta a las canchas, el zaguero de 36 años fue el protagonista de un extenso ping pong de preguntas y respuestas con los hinchas del club que lo vio nacer, y al que espera seguir ligado una vez concluya su carrera como futbolista.
Eligió a Maximiliano Gómez como el mejor centrodelantero con el que compartió equipo y al español Aritz Aduriz, del Athletic Bilbao, como el más difícil que le tocó marcar “por sus mañas”. Lo enfrentó en la temporada 2008/09 defendiendo al Recreativo Huelva.
Antes de llegar al fútbol español pasó por el Ankaragucu de Turquía, del que guarda gratos recuerdos. “Turquía fue la experiencia más hermosa de mi vida, tal vez porque fue la primera vez que salí como jugador y como persona”, recordó.
Fue la primera vez que viví solo y tuve que enfrentarme al mundo, a otro idioma y a otra cultura”, dijo, y contó una anécdota vinculada a un compañero de origen musulmán que se levantaba de madrugada para cumplir con sus cinco rezos diarios.
Sobre su futuro relacionado con el fútbol cuando se retire, fue claro: “Me gustaría seguir vinculado a Defensor, como le gustaría a cualquier deportista que pasó por el club. Por el ambiente que se respira y porque es una institución que da a entender que se pueden hacer grandes cosas, sobre todo a nivel humano”.
Lamas recordó además una anécdota de un extenso partido de fútbol tenis que le pasó factura en un encuentro frente a Peñarol, y contó que el gol que más celebró fue el que le hizo a Central Español en el minuto 90 para asegurar el Torneo Apertura 2007 ante Central Español en el Parque Palermo.