De su ansiedad por anotar al “piecito chiquito” de Fernández: Babi y su etapa en Peñarol

El brasileño Matheus Babi se fue de Peñarol siendo campeón uruguayo y semifinalista de la Copa Libertadores, pero su rendimiento no fue el esperado: cuatro goles en 20 partidos. Eso sí, uno de ellos, el que le hizo a Defensor Sporting, fue clave para que el Carbonero siguiera liderando la tabla Anual.

Retornó a Athletico Paranaense, club dueño de su ficha, y en el primer amistoso anotó un hat-trick ante Andraus. En las últimas horas participó del programa Charla Podcast y recordó su paso por el Aurinegro, elogió a la hinchada y habló del entrenador Diego Aguirre y de Leonardo Fernández.

El delantero, de 27 años, recordó las horas previas a aceptar la oferta del Carbonero: “Les pregunté a [Agustín] Canobbio y a [Gonzalo] Mastriani y me dijeron que era un club muy grande y con una hinchada fanática. Era otra cultura, otro fútbol, pero quise ir”. Y destacó que en Uruguay no sufrió de racismo, “ni siquiera en el estadio, todo el mundo me recibió muy bien”.

Y contó lo que le sorprendió al llegar: “Salí del aeropuerto y vi a un periodista. Lo miré a Sandro Silva, mi representante, y le dije que no podía ser posible que me estuviera esperando porque en Brasil yo caminaba tranquilo en todos lados. Cuando salí, me llamó para hacer una nota. No entendía mucho, hablé poco”.

“Fue una buena experiencia. En el primer partido ya pedí un penal. La hinchada me abrazó y en el segundo partido ya hice un gol. No comencé bien, la ansiedad de querer hacer goles me atrapó un poco. Para el segundo semestre me tranquilicé, pero cada vez que venía la pelota la quería controlar y sufría el juego brusco”, destacó.

Luego, habló de la hinchada: “La fiesta que ellos hacen… no paran de cantar en todo el partido. Aquí en Brasil cuando hay un caño la hinchada se levanta, allá no cambia demasiado, pero cuando hay una pelota dividida ‘¡Ahhh!’ [gritó]. Es su raza, la entrega, festejan más un tranque que un pase bonito”.

Leo Fernández y la Libertadores

“Teníamos un esquema para él”, dijo sobre Fernández, y añadió: “Si lo pones en una posición sola creo que no va a rendir mucho, pero si le das libertad para hacer lo que él sabe, es diferente”. “No entrena tiros libres, es nato de él. Tiene un piecito chiquito, la pelota sube y baja. Cada vez que teníamos un tiro libre a favor, sabíamos que era gol. Los hinchas comenzaban a filmar”, ahondó.

“La mayoría son jugadores e hinchas y siempre tienen más para dar. Juegan como si fuese el último partido. Hacía 12 años que no pasaban de fase por Libertadores, imagínense cómo estaban esos hinchas”, señaló, y habló de la serie contra Flamengo: “El planteamiento era el contrataque y si se podía jugar, también. En 90 minutos en algún momento tenía que caer un golcito. Después en Uruguay, el espíritu de guerra. Flamengo tuvo pocas chances de hacer goles”.

Sobre las semis con Botafogo, dijo: “Tuvimos un apagón y las cosa favorecieron a Botafogo. De la nada cinco goles, en 22 minutos si no me equivoco. Fue una locura. Un apagón inexplicable. No da para entenderlo, el fútbol es una locura”.

Los incidentes en Río de Janeiro

“Se metieron mucho con nosotros cuando íbamos al partido. Del hotel al estadio tardamos una hora, hora y media. Llegamos justo. No son ni 30 minutos y lo hicieron en una hora y media. Allí intentaron desestabilizarnos mentalmente. Primero la pelea de la hinchada y después eso. Hicieron muchas cosas”, comentó.

“Muchos jugadores no sabían lo que estaba ocurriendo y mis amigos en Brasil me avisaron, entonces mandé las fotos al grupo y prendimos la tele para ver la información de lo que estaba pasando”, siguió.

Y cerró hablando de la vuelta ante el Fogão: “[Los jugadores] Todavía creían, hermano. En un día cambiaron el estadio, de la nada. Si era en el Campeón Del Siglo habría sido diferente. Imagínense si el primer tiempo terminaba 2-0, fueron cinco chances claras. La expulsión del golero [Washington Aguerre, a quien describió como “loco y bueno”] también influyó un poco, pero ellos creyeron hasta el último minuto”.