Leonardo Ramos, entrenador de Danubio, valoró su llegada al club del que es hincha y recordó que había prometido volver, aunque no esperaba hacerlo tan pronto. En diálogo con el programa Las Voces del Fútbol, de Radio 1010 AM, aclaró que no estaba solucionada su vinculación desde antes de la desvinculación de Martín García, contó su versión y habló de lo que viene.
“Arturo (Del Campo, presidente de Danubio) vino a casa el sábado a las 20. Antes me llamó por teléfono para ver cómo estaba y me comentó que habían cesado al entrenador. Me dijo que quería conversar conmigo junto con los dirigentes y fueron a mi casa. Ahí es donde prima un poco mi corazón. Siempre he dicho que es el club del que soy hincha porque nací en el barrio y lo siento de esa manera. Sentía que el club en este momento me necesitaba y que para mí era importante devolver un poco de lo que había hecho Danubio por nosotros como cuerpo técnico”, explicó.
“Esa misma noche le avisé a mi cuerpo técnico porque tanto el profe como mi ayudante de campo son argentinos. Matías Eijo y Rodolfo Ojeda están saliendo de Buenos Aires recién mañana porque tuvieron que hacerse el hisopado y otros trámites, y acá tendrán que hacer cuarentena y otro hisopado. Les agradezco haber dejado de lado la parte económica y entender que para mí era importante esto”, sostuvo.
Sobre las versiones que aseguraban que Ramos tenía acordada su vinculación desde antes del cese del Tato García, se limitó a decir que “cada uno opina y toma las cosas como le convengan”. “Está muy claro que esto no estaba armado. Si esto estuviera armado de antes ya tendría a mi cuerpo técnico acá trabajando conmigo. Fui al club solo y hablé con Diego Perrone, a quien conocía de la vez anterior. Empezó el Cabeza Delgado (estaba en las formativas) a trabajar conmigo, al igual que el profe Ferro y el entrenador de arqueros”, contó.
Para el debut ante Fénix, que fue victoria 1-0, contó que intentó “que los jugadores entendieran cómo jugar, dónde presionar y de qué manera sacar el balón de un lado hacia otro”. “Esas fueron las pautas que planteamos en los primeros dos entrenamientos y marcamos algunas cosas que entendimos que eran importantes. Encontré buena predisposición de un plantel que necesitaba cambiar la racha en Jardines. Conseguimos una respuesta muy rápida”, ponderó.
“Jardines siempre fue una fortaleza para Danubio y muchos equipos siempre lo sufrieron. Les pedí que entendieran que Jardines tenía que volver a ser un lugar donde los rivales sepan que es difícil llevarse puntos”, expresó, recordando que Danubio venía de tres derrotas jugando en su escenario.
Por último, lo tiene sin cuidado estar en zona de descenso. “No pienso ni miro la tabla del descenso. Gracias a Dios, como jugador de fútbol nunca descendí. Y en esa época hacía lo mismo; ni miraba el promedio. Si vos empezás a mirar demasiado la tabla de reojo, se te hace costumbre. Prefiero no mirarla, programar partido a partido y que el jugador haga lo mismo”, concluyó.