Por estas horas la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) define la marca que vestirá a la selección en la Copa América de Estados Unidos, que irá del 20 de junio al 14 de julio. Dos firmas son “nuevas” en los registros celestes, una sería la continuidad de los últimos 17 años y otra el retorno de las tres tiras, tal como pasó en el Mundialito de 1980-81 y en el Mundial sub-20 de 1999. No obstante, luego podría haber cambios.
Están en carrera Under Armour y Nike, que nunca tuvieron relación alguna con la AUF; Puma, que fue el patrocinador técnico entre 2007 y 2023; y Adidas, que tuvo dos cortos períodos en las décadas de 1980 y 1990. Las cuatro presentaron sus propuestas y la AUF elegirá una en el correr de esta semana para comprar el equipamiento, que abarca desde la camiseta hasta la ropa de entrenamiento.
Después de la Copa América habrá una licitación pensando a largo plazo, que no se ha hecho hasta ahora para que Tenfield no pueda activar la cláusula de igualación de la mejor propuesta como ya lo hizo en 2016. En aquella ocasión, Puma equiparó una oferta muy superior de Nike a través de la empresa intermediaria. Hoy, Puma es contendiente y podría volver, pero después de la Copa América y sin intermediarios.
El patrocinio técnico finalizó el 31 de diciembre, y a partir de ese día está
corriendo un período de seis meses con posible igualación de una propuesta por
parte de Tenfield. Por eso se explica la decisión de comprar camisetas a un proveedor local y
jugar sin marca visible en el Preolímpico sub-23 de Venezuela y en los
amistosos de marzo ante País Vasco y Costa de Marfil. En esas dos instancias, sí se utilizó la indumentaria de entrenamiento de Puma para toda la delegación porque el contrato lo permite y había un volumen de ropa suficiente.
La AUF optó por dejar pasar el semestre en curso a los efectos de que Tenfield no tenga una oferta para igualar, entendiendo que así podrá negociar el próximo contrato de forma libre y directa desde el próximo 1º de julio. El precio a pagar por esa decisión es el desajuste económico que se generó en las arcas de la AUF por estar seis meses sin ingresos por concepto de indumentaria.
El ente rector del fútbol uruguayo evaluará a partir de julio el próximo contrato, que si es superior a cuatro años tendrá que ser aprobado por el congreso, porque finalizaría en el ejercicio del próximo comité ejecutivo. Si fuera de cuatro años, el ejecutivo que encabeza Ignacio Alonso tendrá la potestad de firmarlo.