A Cristian Olivera le quedan casi dos meses más de préstamo con Peñarol, aunque las dos partes saben que ya no volverá. Su última vez en Los Aromos fue el 27 de febrero, cuando abandonó la concentración a pocas horas del clásico por un contacto estrecho con una persona que dio positivo de covid-19. Hoy entrena en Miramar Misiones, donde su representante, Edgardo ‘Chino’ Lasalvia, está vinculado al grupo gerenciador.
“Dejé de ir a Peñarol por problemas familiares que todo el mundo tiene. Eso me perjudicó la cabeza y ahora estoy en tratamiento con especialistas que saben. Dos o tres días a la semana voy a una psiquiatra y una psicóloga”, contó al programa ‘100% Deporte’ de Sport 890 y confirmó que hasta pensó en el retiro en medio de una depresión.
“Fueron muchas cosas y muy rápido”
“Me bajaba anímicamente en los entrenamientos y en las concentraciones y no me daba ganas de nada. Sólo de quedarme en mi casa y de dejar el fútbol. Escuchaba a los grandes pero tampoco me entraba en la cabeza. Estaba cerrado”, narró el Kike, quien dijo que “el bajón más grande fue por esas fechas”, a fines de febrero, cuando “quería dejar el fútbol”.
“El Mota (Gargano), Kevin (Dawson) y algunos compañeros más me preguntaban qué me pasaba cuando me veían triste y me decían que para lo que necesitara estaban ellos ahí. Siempre me costó decirlo. Walter fue el que se dio cuenta por mis reacciones y por cómo estaba”, recordó, y aclaró que no tuvo “problemas con nadie” dentro del club .
Debutó en Rentistas con 17 años recién cumplidos en 2019, ascendió, brilló en Primera División, lo transfirieron al Almería a mediados de 2020 en plena pandemia y regresó al país a préstamo en abril de 2021. “Fueron muchas cosas y muy rápido”, reflexionó, y recordó que en el Almería de España le quedan “tres años más de contrato”.
“Quedé en deuda con Peñarol” y “la idea es relanzar mi carrera”
“Estoy muy agradecido con Peñarol y los dirigentes. Me ayudaron muchísimo Hoy mi mente está puesta en recuperarme lo mejor posible. Sé que quedé en deuda con Peñarol porque no di mi mejor versión, pero fue por temas mentales. De la mano del Chino, que es hincha de Peñarol, volveré más fuerte”, vaticinó.
Aclaró que en Miramar Misiones el trato es “entrenar para que agarre confianza y vuelva más fuerte”, y que el grupo lo recibió “de la mejor manera”. Su reciente paternidad lo “cambió muchísimo” porque su hija es “el motor” de una vida en la que entrena de mañana con los cebritas, de tarde por su cuenta y de noche con un preparador físico.
“La idea es relanzar mi carrera con apoyo de los que me quieren, de la mano de mi hija, mi mujer, mis padres, mis dos hermanos y el Chino”, añadió Cristian Olivera, quien preferiría no tener que volver a España para estar cerca de su hija, aunque todavía no tiene claro qué será de su futuro tras el período de pases de mediados de año.