Real Madrid, con un doblete de Rodrygo, venció 2-1 a Osasuna en La Cartuja, Sevilla y se quedó tras nueve años de espera con el título de la Copa del Rey.
El partido comenzó con los meregues dominando y teniendo en Vinícius Junior una carta de desequilibrio volcado por la banda izquierda.
Tal fue así que el norteño encaró, llegó al fondo y puso un centro al medio, donde Valverde dejó correr abriendo las piernas y Rodrygo Goes definió para el 1-0 a los 2'.
La pelota era toda del equipo de Ancelotti que movía de un lado para el otro buscando espacios, pero los de Pamplona se fueron acomodando y tuvieron en cabezazos de Budimir y Ezzalzouli.
Un remate de Valverde desviado avisó y más tarde una asistencia de Viní para que definiera Benzema, obligó a una gran tapada de Herrera.
La respuesta llegó pasado los 25' cuando Abdé le robó una pelota en la salida a Militao, picó la pelota ante la salida de Courtois y cuando la misma entraba, Carvajal la sacó en la línea.
El Madrid ofensivamente era muy incisivo y tuvo otras dos clarísimas para llegar al segundo. Un tiro libre de Alaba que reventó el travesaño y luego un zapatazo cruzado de Vinícius que se fue apenas alto.
Distancia mínima con que se fueron al vestuario, no sin algún cruce entre los jugadores en zona de vestuarios que elevó el clima del encuentro.
En el complemento los de Ancelotti entraron con la misión de controlar la distancia y ser pacientes, algo que hizo que perdieran intensidad en cancha. Algo de Benzema en ataque fue de lo poco de un equipo aletargado en cancha.
Esto hizo que su rival lentamente se animara de otra forma, adelantando líneas, queriendo ser ofensivos y consiguiendo su premio a los 56'. Un tremendo zapatazo de Lucas Torró dejó sin nada que hacer al golero belga para colocar el 1-1 en el resultado.
Un golpe que hizo despertar al Madrid en cancha, comenzar a hacer pesar a Vinicius una vez más e ir por el segundo ya que no tenía ninguna intención de jugar una prórroga teniendo en cuenta que entre semana juega con el City por semifinales de Champions League.
Y no demoró en concretarse, tras un remate de media distancia de Kroos que rebotó en David García y quedó a placer para Rodrygo que no falló y colocó el 2-1.
Este tanto terminó de cerrar la consagración, porque si bien Osasuna se mandó con todo por el empate, ahora sí, Real Madrid controló, dejó pasar los minutos y el pitazo final selló la consagración. Festejo para Valverde y compañía, que no paran de levantar copas.