Como ya hiciera ante el Granada en los cuartos de final, el Barcelona regaló a los aficionados otra noche épica y se clasificó para la final de su torneo fetiche, la Copa del Rey, tras remontar el 2-0 que el Sevilla llevaba de renta de la ida disputada en el Sánchez Pizjuan, tras pasar por la prórroga y ganar por 3-0.

El equipo culé encaminó la remontada rápidamente, cuando a los 12' un derechazo de Ousmane Dembélé rozó la espalda de Juan Jordán y se metió en el ángulo. La fortuna que tuvo el equipo blaugrana en ese tanto le faltó a los 33', momento en el que Marcos Acuña despejó en la línea un remate de Lionel Messi que pedía red.

Más allá de algún contragolpe aislado del cuadro andaluz, era muy superior el equipo de Ronald Koeman, que se fue 1-0 al descanso mereciendo algo más. La tendencia defensiva de los visitantes se hizo aún más evidente en el segundo tiempo, ya que pasaron a defender con los 11 futbolistas en su campo.

Barcelona acarició el 2-0 a los 66', cuando Dembélé llegó al fondo por derecha y levantó un centro que conectó de zurda Jordi Alba, pero su disparo de aire dio en el travesaño. Parecía estar al caer el segundo tanto, aunque de tanto ir el equipo de Koeman dejaba espacios atrás para que el de Julen Lopetegui saliera en rápidas y peligrosas transiciones.

Sevilla pudo contragolpear una sola vez y casi liquida la serie. Óscar Mingueza le cometió un polémico penal al argentino Lucas Ocampos en un mano a mano y el árbitro lo pitó seguro. El propio Ocampos asumió la pena máxima a los 73', pero el alemán Marc ter-Stegen se agigantó con una gran atajada para mantener con vida a los culés.

En tiempo adicional fue expulsado el brasileño Fernando en la visita. Barcelona siguió atacando hasta el último minuto y no podía con la muralla de su rival, hasta que a los 94' apareció la cabeza de Gerard Piqué tras un centro de Antoine Griezmann desde la izquierda para igualar la serie y mandarla a la prórroga.

Alargue

El Sevilla entró en el añadido hundido y con un hombre menos por la expulsión de Fernando en el descuento, y el Barça ya jugaba desatado. Junior tuvo la primera nada más empezar y Braithwaite remataba en plancha el 3-0 a los cinco minutos.

Los andaluces reclamaban unas manos de Lenglet dentro del área tras controlar con el pecho, pero el VAR determinaba que habían sido involuntarias.

El equipo de Lopetegui solo necesitaba un gol para darle la vuelta, pero desquiciado, en vez de jugar, se dedicó a protestar cada decisión del colegiado Sánchez Martínez.

Messi volvía a poner a prueba a Vaclik, y Piqué notaba algo en su rodilla derecha, la misma que le ha tenido tres meses de baja, para añadir algo más de drama al choque.
Con Piqué cojo los últimos diez minutos, el Sevilla intentó reaccionar, y la última la tuvo Koundé, que disparó en la frontal un balón rechazado por la defensa loca, pero encontró bien colocado a Ter Stegen.