El partido comenzó con Wanderers tomando las riendas del juego y buscando a fuerza de toques y combinaciones avanzar en la cancha mirando el arco rival, ante un rival que optó por defenderse en su cancha a la espera de una contra.
Pero los bohemios no demoraron en adelantarse en el tanteador, cuando un tiro libre rematado por Rodrigo Pastorini obligó a volar a Hermoza para tapar con rebote, el cual encontró solo Damián Macaluso que tocó al gol.
Un tanto clave que se vio potenciado a los 6' cuando en una estupenda jugada colectiva llegó el segundo. Un pase cruzado de Ignacio González a Nicolás Albarracín por izquierda, terminó en un pase medido de este último al chileno Christian Bravo que infló las redes.
Partido perfecto de los bohemios en su casa, que incluso protestaron dos penales que Felipe González desestimó tras caídas en el área de Pastorini y el propio Bravo.
Con el correr de los minutos el local bajó en su intensidad y eso le dio un respiro al Huancayo que trató de adelantar líneas y pensar un poco más en el área rival, pero con pocas ideas y dejando algún espacio.
Nada cambio el resultado de ese primer tiempo, donde los de Cuello sacaron la ventaja en los primeros diez minutos y luego no pudieron ampliar.
No se movió más
En el complemento Wanderers mantuvo la intención ofensiva de los primeros 45', a los cual los peruanos contestaban con faltas constantes y demorando el partido en cada ocasión posible.
Macaluso primero y Andreza después se perdieron claras chances de poner el tercero que se le negaba a los locales que no se daban por vencido en su búsqueda de ampliar diferencias pensando en la revancha.
Y si bien los del Prado lucharon hasta el final en pos de un nuevo festejo no estuvo fino en la definición y el pitazo del árbitro selló el 2-0 con que irá a la revancha en la altura de Perú, buscando sellar la clasificación.