El pasado viernes, en el cierre del plazo que estipuló la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para la presentación de candidaturas para albergar las finales de la Copa Libertadores de los años 2021, 2022 y 2023, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) presentó su intención de albergar el partido decisivo de la edición 2022, según informó El Observador.
Uruguay ya había presentado en 2018 una candidatura para 2019, pero en medio de una crisis política que terminó en la intervención de la FIFA y Conmebol terminó bajándose. La Conmebol otorgó la final de la Libertadores a Santiago y la de la Sudamericana a Lima, pero terminó cambiando ambas; primero pasó la Sudamericana de Lima a Asunción “por razones logísticas”, y luego la Libertadores de Santiago a Lima por la crisis social que vivía Chile.
Para 2020 se postularon Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre, Belo Horizonte, Brasilia, Córdoba, Buenos Aires y Lima, y finalmente se adjudicó el encuentro definitorio de la Libertadores al Maracaná de Río de Janeiro y el de la Sudamericana al Mario Kempes de Córdoba.
El mecanismo de elección de año a año cambió para el próximo período, y se espera que sobre fines de 2020 se anuncien las finales de ambos torneos continentales de clubes entre 2021 y 2023. La intención es repartir las distintas finales en varias sedes, por lo que las chances son mayores que si se eligiera año tras año.
La AUF sabe que el Centenario necesita una modernización sobre la que ya viene trabajando con CAFO, pero no debe quedarse en eso. Aspectos logísticos como los hoteles y los predios para entrenamiento de los equipos son aspectos que pueden resultar decisivos.
El escenario de incertidumbre mundial por los estragos que está haciendo el coronavirus en la salud y la economía de distintos países, que hasta ahora ha afectado a otros puntos de Sudamérica más que a Uruguay, hace que la posibilidad del Centenario para 2022 no sea utópica.
Se apuntó a 2022 para tener tiempo de concretar las obras, además de dar a Chile un apoyo unánime de parte del resto de los países para 2021 pensando en que por razones extradeportivas se perdió de poder recibir la final de 2019.
En caso de concretarse, será la 21.ª final de Copa Libertadores en el Centenario, considerando las que jugaron los equipos uruguayos (10 Peñarol y seis Nacional) y las ediciones de 1968, 1973, 1977 y 1981, cuando se eligió a Montevideo para albergar el tercer y definitivo partido.
En 1968 se coronó Estudiantes frente a Palmeiras, en 1973 Independiente contra Colo Colo, en 1977 Boca Juniors ante Cruzeiro y en 1981 Flamengo venciendo a Cobreloa. Esos cuatro festejos se suman a dos de Nacional y uno de Estudiantes en los que fueron encuentros definitorios.
La particularidad es que de las 16 finales que jugaron equipos uruguayos, sólo tres coronaron a un campeón en Montevideo. En las otras 13 hubo definición en la vuelta en otro país, o un tercer partido en campo neutral. En 1970 Estudiantes empató 0-0 con Peñarol tras haberle ganado 1-0 en la ida; en 1980 Nacional derrotó 1-0 al Inter luego de haber rescatado un 0-0 en Porto Alegre, y en 1988 el Bolso goleó 3-0 a Newell’s Old Boys, equipo contra el que había perdido 1-0 en Rosario.