El partido comenzó con dos equipos que trataron de avanzar en bloque, sin descuidar en demasía la última línea y tratando de cerrar espacios a su rival, aunque los ecuatorianos buscaron con centros al área generar algo en ofensiva.
Una corrida de Anangonó y otra intentona de Julio se acercaron al arco de Dawson que se mostró seguro y no pasó mayores sobresaltos.
Pero el partido se quebró con un tiro de esquina que logró cabecear un viejo conocido, Carlos Rodríguez, tapó Dawson pero con rebote y Nicolás Freire en el área infló las redes para la locura de los hinchas locales.
Y el golpe pudo ser peor por Anangonó más tarde tuvo la chance del segundo que no pudo concretar y la primera acción de ataque de los de Diego López llegó tras un estupendo pase a Gastón Rodríguez, que a velocidad ganó pero su remate lo tapó Gabbarini.
Una de las grandes polémicas llegó a los 37' cuando Brian Rodríguez entró al área y lo bajaron en un clarísimo penal que Rapallini no pitó, encendiendo el enojo de todos los aurinegros.
En la recarga de esa jugada Liga se perdió increíblemente el segundo cuando Ayoví desbordó puso un centro medido a Julio y éste con el arco a disposición se lo devoró.
El final del primer tiempo se dio con los mirasoles mostrando una mejor cara en ataque, sufriendo en el juego por aire defensivo y molestó con el resultado y el penal que el argentino no sancionó.
Se escapó
El segundo tiempo arrancó con Anangonó teniendo por dos veces el grito de gol para los locales, primero de cabeza y tras el rebote con un disparo que tapó por dos veces Dawson.
Y el golero comenzó a ser la explicación para que Peñarol se mantuviese a un gol, tapando un remate de Ayoví y otro cabezazo de Rodríguez en un ítem al que el equipo uruguayo no le encontraba solución, el juego áereo.
La más clara de Peñarol llegó otra vez de los pies de Gastón Rodríguez, que presionó, forzó un error en la salida, recuperó la pelota y lo habilitó al ingresado Gabriel Fernández que sólo ante Gabbarini, definió mal y alto.
En el cierre del juego el partido se transformó de mayor ida y vuelta, sin demasiada marca en el medio y con chances para los dos que no lograban concretar, hasta que el ingresado Rodrigo Aguirre cerró el partido.
Una corrida a pura velocidad en la que madrugó a toda la defensa lo encontró desmarcado ante Dawson y su definición entre las piernas del golero puso el 2-0 que puso candado al resultado.
Una nueva derrota copera de Peñarol que no encuentra el camino desde hace tiempo a nivel internacional y que volvió a presentar otra cara deslucida, con problemas en la defensa y escasas posibilidades ante un rival que fue superior.