Wanderers, con el estreno de Alejandro Capuccio en la dirección técnica, le ganó el clásico a River Plate 2-1 en el Parque Viera, donde perdía hasta el minuto 89. Con la victoria quedó quinto en la Tabla Anual con 45 unidades, tres más que su rival de turno, que ahora está octavo con 42 y cierra los puestos de clasificación a la Copa Sudamericana a un punto de Racing y Cerro Largo, y uno por encima de Danubio.
De arranque tuvo más la pelota el equipo locatario, pero sin la profundidad que sí tuvo su rival para abrir el tanteador a los 16’. Agustín Vera salió muy bien entre dos rivales del banderín del córner por derecha y buscó a Tiziano Correa en el área, el centrodelantero descargó atrás y Ramiro Cristóbal anotó con un buen zurdazo de primera.
Respondió el local un minuto después con un cabezazo en el ángulo de Matías Fonseca tras un centro desde la izquierda de Nicolás Albarracín, en la jugada más clara que tuvo en el primer tiempo.
Teniendo menos el balón pero mostrándose peligroso de contragolpe, el conjunto de Ignacio Ithurralde acarició el 2-0 a los 29’, cuando Gervasio Olivera llegó al fondo por izquierda y levantó un centro que terminó en una tijera apenas desviada de Tiziano Correa.
Wanderers aumentó su ambición en el complemento, empujando a su rival contra el área a partir de la tenencia, y a los 55’ estuvo muy cerca del 1-1. Agustín Albarracín llegó hasta la línea de fondo por izquierda y metió un centro que su hermano Nicolás terminó definiendo con un zurdazo que pasó muy cerca. El propio Albarracín volvió a intentar con un remate a distancia que también salió apenas desviado a los 74’.
River Plate pasó a defenderse cada vez más cerca de su arco, pero siempre agazapado para salir con transiciones rápidas. Con el correr de los minutos tuvo oportunidades claras como para liquidar el pleito, como cuando a los 68’ Mauro Silveira contuvo un remate de Jonathan dos Santos y en el rebote Faustino Barone le erró al arco.
Wanderers siguió machacando hasta el final y buscó abrir la defensa rival con el ingreso de Tabaré Viudez, pero carecía de definición. En muchas oportunidades ni siquiera llegó a rematar al arco, hasta que a los 89’ tuvo su justa recompensa. Nicolás Albarracín desbordó por izquierda y su centro lo capitalizó Facundo Milán con una gran tijera para sellar el 1-1
Si el empate ya dejaba satisfechos a los hinchas bohemios, el 2-1 desató la locura. Viudez sacó un remate débil desde afuera del área, pero la pelota se le metió entre las piernas al arquero Rodrigo Formento y terminó en la red, concretando una remontada que se justifica por el empuje de la etapa complementaria.