Peñarol le ganó a Rampla Juniors 2-0 sin pasar zozobras y una fecha antes del clásico trepó a lo más alto de la tabla de posiciones del Clausura, aprovechando el sorpresivo traspié de Danubio a primera hora frente a Tacuarembó.

Sin dejar que la ansiedad lo dominara, el equipo de Pablo Bengoechea salió a jugar al césped del Centenario como si se tratase de un partido de primera fecha. Sin el ritmo de otros encuentros, se las ingenió para generar peligro, pero también pasó zozobras.

Los carboneros buscaron sistemáticamente por el sector izquierdo con Diogo Silvestre, que fue el que propuso el cambio de ritmo. Por ese lado llegaron las primeras situaciones de peligro, pero en ambas definió mal Zalayeta. No obstante, el ariete mirasol era de los mejores.

Rampla también insistió en atacar por la izquierda y con Cuello ganó la espalda de Sandoval más de una vez, pero sin profundizar en el área. De hecho, la única situación clara fue tras un córner a los 39’, cuando Pacheco despejó en la línea un remate del argentino Muriel Orlando.

El merecido gol mirasol cayó a los 34’ tras una jugada que inició por derecha Sandoval y siguió Aguiar por el medio queriendo entrar al área gambeteando. El balón rebotó y Zalayeta estuvo rápido para recogerlo y sacar una espectacular mediavuelta.

El ritmo cansino de la primera mitad cambió en la segunda, que presentó a un equipo aurinegro más agresivo buscando el segundo gol y a un conjunto picapiedra obligado por la tabla del descenso, aunque sin ideas. Ni el ingreso de Richard Núñez le cambió la cara, más allá de un aviso de zurda a los 4’ que se fue apenas desviado.

Peñarol era superior y estaba claramente más cerca del 2-0 que Rampla del empate, hasta que lo logró por un regalo del primer asistente. Changala vio mano dentro del área rojiverde de Alejandro Rodríguez en una jugada en la que el zaguero tocó con el abdomen el balón fuera del área, y Pacheco aprovechó la gentileza a los 77’.

Los minutos finales dieron para cambios ya pensando en el clásico. Diogo Silvestre, quien llegó con cuatro amonestaciones, fue uno de los que se fue reemplazado dentro de un trámite ya liquidado y netamente favorable a los aurinegros, que no necesitaban de semejante favor arbitral para imponerse a un equipo que pelea por no descender.

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