Progreso, que estuvo en desventaja por dos ocasiones, revirtió el cotejo y venció 3-2 a Boston River en el Estadio Centenario, un resultado que fue un golpe duro para el rojiverde pensando en la permanencia.
El trámite comenzó con dos equipos que apostaban a cerrar espacios para luego pensar en el arco rival, lo que lo hizo muy luchado en zona de volantes y de pocas llegadas.
La primera llegó recién pasando los 10' cuando un córner desde la derecha fue cabeceado por Bentancourt y se fue muy cerca del palo derecho de Nahuel Suárez.
Diego Romero trataba de ser manija de la creación en el local, mientras que en el visitante fue Laens quien probó en un par de ocasiones con remates faltos de potencia.
El Sastre quería el gol de la apertura y pudo llegar sobre los 20' cuando Winston Fernández habilitó a Rigoleto que encaró y sacó un buen disparo que se fue muy cerca.
Viega aparecía muy poco y Fernández no desequilibró, lo que le dio las mejores opciones a los de Tejera que llegarían a la apertura a los 43'.
Una pelota que recuperó Bentancourt, terminó en una asistencia a Martinuccio que desbordó y puso el centro, el cual dio en la mano de un jugador Gaucho que se tiró a barrer y Álvarez pitó la pena máxima.
El propio Bentancourt tomó la responsabilidad y sacó un remate preciso que infló las redes y le dio la ventaja con la que se fueron al descanso.
Goles son amores
El complemento comenzó a puro gol y con penales sancionados por manos claras que el árbitro, en algún caso con el apoyo del asistente, pitó con seguridad.
El empate llegó a los 50', cuando Váldez tocó la pelota de esta forma y Esteban González pateó fuerte para vencer a Falcón y poner el 1-1.
Pero tres minutos después fue Bentancourt el que buscó y la mano de Ferreira terminó en la pena máxima que aprovechó el propio delantero para el 2-1.
Lejos de bajar la eficiacia anotadora del cotejo, a los 58' llegó nuevamente la igualdad de los de La Teja, con un centro cruzado de Viega al segundo palo, encontró sólo a Federico Platero para definir de primera y colocar el 2-2.
De allí en adelante el partido se hizo muy peleado y de pocas llegadas, apostando los rojiverdes a tratar de tomar las riendas para ir a buscar el triunfo, pero sin claridad para hacerlo.
Y eso lo pagó caro, porque a los 82' Fabricio Fernández recuperó una pelota y sacó un tremendo remate de media distancia que infló las redes y puso el 3-1 que revirtió la historia.
El pitazo final selló el 3-2 que le dio el triunfo a Progreso, que sumó para crecer en el Clausura y le dio un golpe duro a Boston River que cada vez está más complicado con el descenso.