Peñarol, que encontró grandes soluciones en el banco de suplentes, derrotó 2-1 a Miramar Misiones en el Centenario por la segunda fecha del torneo Clausura.

El partido comenzó con los aurinegros tratando de tomar las riendas del juego y utilizar las bandas para abrir la cancha, ante un rival que asentó líneas, cerraba espacios y esperaba una contra.

Alguna corrida de Cabrera con la intención de conectar con SIlvera fueron moviendo un partido que tuvo su primer gran golpe a los 7'.

Una tapada de Aguerre sobre Yépes terminó en un córner para el cebrita que aprovecharon a la perfección. El balón que cayó al área encontró la cabeza de Pablo López tras dejar por el camino a Maximiliano Olivera, y se anidó en las redes para el sorpresivo 1-0.

Esto pareció despertar a los aurinegros que comenzaron a mejorar sus prestaciones y en pocos minutos contaron con dos ocasiones favorables para acercarse a la igualdad. 

La primera con una gran acción individual de Leonardo Fernández que remató cruzado y Giossa logró desviar. La otra en una acción de pelota quieta que Guzmán Rodríguez llegó a disparar pero sin acierto.

Sobre los 20' un balón largo posibilitó una gran corrida de Maxi Silvera que le ganó a los zagueros para luego patear, pero otra vez el cuidapalos con sus pies logró repeler.

De allí en adelante el devenir, carente de gran intensidad, se transformó en las ganas y obligación de los mirasoles de encontrar brechas para ofender, ante un adversario que defendía y sacaba contras muy rápidas con Yépes y Machado.

Poca participación efectiva de Báez por izquierda, donde además Olivera subía poco y sin mucho éxito, hacía anunciado el fútbol por derecha, dependiendo del talento de Fernández para generar algo distinto. 

Los que entraron

El primer tiempo se cerró con el triunfo cebrita por 1-0, aprovechando al máximo una falencia defensiva para anotar y dejando muchísimo trabajo a Diego Aguirre en el vestuario para cambiar una magra realidad mostrada.

Sin cambios en los dos y vuelta a rodar la pelota para el complemento, con una jugada inicial donde Báez reclamó una mano de Mauricio Gómez que el árbitro desestimó.

La pelota seguía siendo de los carboneros que no encontraban los caminos para crear peligro y se hacía necesario que Silvera tuviera compañía, además de mayor creación desde zona de volantes.

Fue a los 58' cuando La Fiera mandó tres variantes colocando a Gastón Ramírez, Lucas Hernández y Leo Sequeira, por Darias, Olivera y Cabrera, un aditivo con la finalidad de mostrar otra cara en cancha.

Y vaya si le dio resultado. A los 65' un gran centro de Lucas Hernández desde la izquierda encontró la cabeza de Gastón Ramírez en palomita para vencer a Giossa y colocar el 1-1.

Pero por si fuera poco, cuatro minutos después una gran jugada colectiva con pase de Leo Fernández para el ingresó en posición de nueve del propio Hernández, terminó con el lateral colocando el 2-1 que revirtió el trámite. 

Un tanto que elevó los nervios del cebrita, algo que se vio incentivado por Washigton Aguerre, que cortó una pelota y se la puso a dominar en el área dejando pasar el tiempo y generó la reacción de todos sus rivales.

Empujones, corridas, recriminaciones, algún golpe que voló y todo terminó en rojas para Javier Méndez y Jairo Coronel, para Yépes que estaba en el banco y un montón de amarillas. 

Apuro de Miramar para recuperar el terreno perdido y Aguirre que colocó a Coelho para reamar el fondo y esperar sacar réditos del desorden de un rival qué, con cambios, acumuló hombres de ofensiva.

Trece de adición y los aurinegros que no la pasaron bien, ya que los de Pandiani tuvieron en un remate de Lombardi que pasó cerca y luego en un cabezazo de Denis Olivera que obligó a una gran tapada de Aguerre, ocasiones cierta para llegar al empate.

No sucedió, el pitazo del árbitro selló el triunfo 2-1 de Peñarol sobre Miramar Misiones, que asegura al menos mantener los cinco puntos de diferencia en la Anual y un triunfo que los acerca a la pelea por el Clausura.