Peñarol derrotó por 2-0 a Progreso en el Paladino, en un partido marcado por la lluvia y el predominio en el juego que le valieron tres puntos que le aseguran el tercer lugar en la tabla Anual.
El partido comenzó con los mirasoles siendo protagonistas, tratando de abrir la cancha y buscar desnivelar a velocidad, ante un rival que tenía lo mejor de su fútbol cuando Fernández y Viega lograban juntarse.
Un disparo de Terans y otro de Álvarez Martínez fueron las primeras intentonas del visitante, en una cancha mojada y rápida, que lentamente los de Larriera fueron inclinando en ofensiva.
La más clara llegó sobre los 20' cuando David Terans remató un tiro libre que rebotó en la barrera y le quedó a disposición a Formiliano en posición de gol, pero su disparo cruzado se fue apenas ancho.
Luego el que probó de media distancia fue Gargano ante un Gaucho que se defendía y no hacía demasiado pie en la mitad de la cancha, donde era superado y generaba poco.
Los locales pudieron llegar a Dawson por primera vez sobre los 30' con un desborde de Esteban González que mandó un centro, el cual Facundo Peraza anticipando a todos conectó, pero con destino a los guantes del golero.
Sobre el cierre de esa primera parte, una nueva asistencia de Terans a Álvarez Martínez lanzado, terminó con un intento cruzado del nueve que se fue cerca y a los dos minutos de adición se concretó el ansiado gol de la apertura.
Un zapatazo de Torres que tapó Rafael Sánchez se fue al córner, el cual lanzado a la perfección, peinó Vadócz en el primer palo y Gary Kagelmacher en el segundo definió para el 1-0 a los 45'+2' que selló la ventaja parcial con la cual los carboneros se fueron al descanso.
Lo cerró
El complemento empezó con una unipersonal de Peraza que sacó un fuerte derechazo que Dawson contuvo con seguridad, mostrando la decisión del conjunto de Viera de tratar de ir a buscar el empate.
La respuesta fue muy similar al tanto que quebró la paridad, con un córner, dos cabezazos, el segundo del húngaro Vadócz, pero que cayó en el techo del arco.
Fue un aviso de lo que terminó pasando a los 59' cuando una falta sobre Torres le dio un tiro libre precioso a los aurinegros que no desaprovechó el juvenil Agustín Álvarez Martínez, que sacó un tremendo remate que se metió en el palo derecho de Sánchez para el 2-0.
De allí en adelante los cambios, la salida de Torres sentido y las ganas de descontar del local que no se justificaban con su juego en cancha, fueron diluyendo un trámite que estaba cerrado y con victoria de la visita.
El pitazo final validaron la obtención de los tres puntos de Peñarol en cancha ajena, un pequeño balsamo para un equipo que se quedó sin el Uruguayo pero que sigue soñando con llegar a la fase de grupos de la Copa Libertadores.