Peñarol intentó por el costado de Maxi Olivera, que casualmente, fue el costado en donde se encontró Jonathan Urretaviscaya por muchos pasajes del partido. Más allá de que los carboneros tuvieron más la pelota que los bohemios en la primera mitad, fue el equipo del Prado quien tuvo la primera situación clara en la primera mitad.
Sobre los 13’ Nicolás Albarracin tomó una pelota que quedó boyando en la mitad de la cancha, y encaró sobre Emilio MacEachen, quien no pudo pararlo y dejó que el delantero de Wanderers rematara de media distancia. El remate se fue pegado contra el palo ante la mirada voladora de un Migliore que no llegaba.
Dos minutos después de esa jugada sucedió una ocasión que quebró el partido: Antonio Pacheco le dio un pase magistral con la cabeza a Zalayeta, quien forcejeó con Gastón Bueno que lo manoteó y le cometió falta. Roja para el bohemio y un tiro libre que terminó de fracturar el juego.
Pacheco remató como hace tiempo no lo hacía y Leonardo Burián le sacó la pelota pero la dejó en el área chica, donde estaba Mac Eachen. El zaguero, con un gesto poco ortodoxo, metió la pelota en las redes. Roja y gol.
No fue solo por el tanto y la roja que el partido cambió. Sino que Peñarol comenzó a soltarse mucho más y empezaron a jugar mejor los hombres aurinegros. A los 28’ se pudo haber dado el segundo tanto del partido; después de una muy buena jugada entre Diogo, Urreta, Pacheco y Zalayeta, el Japo remató y Burián tapó de una manera excepcional.
Albarracin fue el único, en los primeros 45’, que se lanzó al ataque. Antes y después del tanto, fue el único delantero que se mostró activo, sobre todo después del gol carbonero. Pues los demás compañeros de Albarracin dejaron de acompañarlo en los ataques, y quedó muy solo.
Tanta fue la desconcertación que tuvo el conjunto del Prado después del gol carbonero que Alfredo Arias mandó a la cancha a Diego Riolfo, un jugador que entró con las intenciones de tener un poco más la pelota en la mitad del terreno, materia en donde reprobaron en la primera mitad. El número 14 ingresó por Santiago Bellini.
Arias mostró su enfado con la defensa de su equipo la mayoría de los minutos de la primera mitad, y después del segundo tanto carbonero no fue la excepción. La jugada comenzó en el área aurinegra tras un ataque bohemio, la defensa de Peñarol desbarató el intento y salió jugado por abajo, como hace mucho no hacía.
El Japo Rodríguez la comenzó y la terminó. El balón pasó por los pies de Pacheco y Urreta, este último le colocó la pelota en la cabeza a quien había comenzado la jugada. Rodríguez la colocó contra un palo, lejos de Burián que quedó sentado en la gramilla del arco de la Ámsterdam.
Así como terminó el perime tiempo comenzó el segundo. Peñarol no liquidó mucho antes el juego porque no supo concretar las situaciones que tuvo. A veces por virtud del arquero bohemio y, muchas veces, por cuestiones de sus propios jugadores. Pero lo cierto es que los carboneros tuvieron muchas ocasiones en los primeros instantes del segundo tiempo, pero no lograron capitalizar.
No es casualidad el mejoramiento que tuvo Peñarol en este juego; es que tanto Urretaviscaya como Pacheco acompañaron, como no lo habían hecho en los últimos encuentros, a Zalayeta. También levantó su rendimiento el Japo, que llegó al gol.
Pacheco por Nahitan Nández y Gabriel Leyes por Zalayeta fueron los primeros cambios ensayados por Pablo Bengoechea a los 15’ de la segunda mitad. En el mismo momento Arias sacó al mejor jugador bohemio en lo que fue de partido: Albarracin le dejó su lugar a Leandro Reymúndez.
Tras los cambios, después se sumó Hernán Novick, Wanderers no logró inquietar mucho más al arco de Pablo Migliore, quien sigue sin dar seguridad en el arco. En la mitad de la cancha la pelota terminó siendo totalmente de los hombres amarillos y negros.
El encuentro fue llevando a que Wanderers se acercara al arco de Milgiore, y Bengoechea se los hizo notar a sus futbolistas con reiteradas protestas. De un tiro de esquina, que quizá debió ser penal, el conjunto del Prado logró el descuento en los pies de Raymúndez.
El partido culminó con gran incertidumbre, pues los bohemios fueron como pudieron al ataque y Peñarol no lograba liquidar el juego. Los segundos pasaron y los carboneros quedaron como únicos líderes momentáneos del Clausura.
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