Nacional logró una victoria mucho más tranquila de lo que esperaba. Si bien era sabido que River Plate colocaría un equipo mixto pensando en la Copa Libertadores, los dirigidos por Gustavo Munúa resolvieron el pleito muy rápido y luego lo controlaron sin mayores zozobras.
El partido tuvo un comienzo soñado para los tricolores, que a los 7’ aprovecharon la pasividad defensiva de los darseneros y abrieron el score. Polenta metió un pase vertical y rasante en el área, Barcia jugó bien de poste hacia atrás y Nicolás López sacudió la red con un zurdazo bajo de primera.
Apenas cuatro minutos después aumentaron los tricolores, otra vez gracias al Diente, después de un penal mal pitado. Fucile estaba a punto de entrar al área de River cuando Pablo González lo derribó. Cunha iba a pitar el tiro libre, pero el asistente Popovits, en un claro error de apreciación, marcó la falta dentro del área.
Después, los dirigidos por Carrasco tuvieron mayor dominio de la pelota y el terreno, pero con pocas chances de gol. La única realmente clara fue a los 17’, cuando Ramírez llegó al fondo por derecha y levantó un centro para la cabeza de Rosso que terminó en una notable atajada de Conde.
Nacional, controlando el encuentro desde la defensa y resignando el ataque en algunos pasajes, estuvo a punto de aumentar a los 33’, cuando Nico López recibió de Porras de espalda al arco y en el borde del área, giró y remató de zurda, forzando una notable intervención del arquero Olveira.
Si el panorama se le hizo cuesta arriba a River con el rápido 0-2, más aún desde los 59’, cuando fue expulsado Pablo González. El volante central tuvo que bajar a Nacho González tras una pérdida de pelota de sus compañeros en la salida y se ganó la segunda amonestación cuando ya no quedaban cambios.
Los darseneros perdieron a su único volante de marca y tuvieron que retrasar a un extenuado Montelongo. El Bolso aprovechó para florearse y generar varias situaciones de gol de forma casi inmediata. Olveira empezó a ser figura; tapó un mano a mano con el Diente López y desvió un bombazo de Romero a distancia.
El tramo final fue un suplicio para River Plate, que sufrió el tercer gol de Nicolás López a los 86’ y no sufrió una diferencia más abultada por cierto individualismo que pudo verse en su rival. Los delanteros albos buscaron cada uno su gol, lo que conspiró contra lo que pudo ser una goleada.
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