Después del minuto de aplausos por el jugador del fútbol argentino muerto el fin de semana pasado, Leodán González dio el inicio del partido, y enseguida Nacional se fue al ataque. Gonzalo Porras cobró un córner e Iván Alonso se devoró el gol abajo del arco. Fue el primer aviso de un equipo que mostró, por lo menos en los primeros instantes de la primera mitad, un nivel ofensivo mayor al del partido frente a Cerro.

Ese nivel se fue difumando sobre los 10’ del primer tiempo; es que Juventud comenzó a ganar la pelota en la mitad de la cancha con los cuatro hombres que colocó Jorge Giordano, y Matías Duffart fue un gran peligro para la defensa alba, que tuvo en su nivel más bajo a Guillermo De Los Santos y unos puntos más arriba a Diego Polenta.

Lo mejor de Nacional, como en los últimos partidos, fue el juego aéreo. Fue por esa vía que llegó la primera chanche, aquella de Alonso, y fue también por ese juego que llegó la segunda. Porras, otra vez el mismo protagonista, envió un centro y Alonso se la bajó a Tabó, que pateó de primera. El tiro se fue desviado afuera del arco de un Fabián Carini que se tiró para asegurarse.

La defensa de Juventud tampoco mostró seguridad. De hecho, fue mucho más insegura que la tricolor. A los 20’ Pérez y Cabrera, los dos centrales, le regalaron la pelota a Tabó que encaró y tiró al arco. El Facha Carini tapó de una manera espectacular: abajo, con mano extendida, porque si no la pelota iba a las redes.

Carini se fue transformando, a lo largo del primer tiempo, en la figura de un equipo que era bipolar: su faceta ofensiva creaba peligro, pero la defensiva hacía temblar a su propio arquero. Esto se sumó a que Nacional comenzó a trabajar los laterales: Tabó y Bueno tomaron las riendas de un equipo que se veía sin extremidades en los juegos anteriores.

El partido, después de los 35’, se tornó mucho más entretenido que los minutos anteriores. Nacional siguió atacando por las bandas, y en Juventud se destapó Cristian Palacios, el goleador del Clausura, que tuvo un par de situaciones que complicaron a la defensa y a Munúa.

En el segundo tiempo Nacional salió más directo a atacar el arco de Carini, y tuvo varias ocasiones en la segunda mitad que pudieron haberle dado abrir el marcador en el inicio. Sebastián Fernández, que ingresó por Bueno, tuvo varias pero siempre se demoró en la ejecución.

Por su parte, Juventud se estancó e intentó aguantar atrás con la idea de salir rápido de contragolpe para que sus delanteros pudieran doblegar a la defensa alba.

El árbitro estuvo en la mira, otra vez. Cuando corrían los 30’ de la segunda parte, Tabó –de lo mejor en Nacional- encaró a Duffurt y este lo bajó en el área. Era una falta que debió cobrarse y eso significaba penal. El juez no la vio y dio saque de arco.

Sobre el final, el equipo canario se lanzó más al ataque como sabiendo que Nacional estaba cansado y que era su oportunidad para concretar los goles que erró en el primer tiempo. Duffurt y Palacios fueron los abanderados en este sentido. También hubo algunas buenas proyecciones de Jorge “Malaka” Martínez, que ingresó en los segundos 45’.

Los tricolores fueron superiores en el balance del partido, pero la imprecisión de los delanteros a la hora de definir le valió el empate ante un equipo que busca asegurase la clasificación a la Copa Sudamericana.