Fénix recibió a Wanderers en el Parque Capurro por la décima fecha del torneo Clausura, en un partido que tenía al local con la obligación de ganar para no perder pisada en la lucha por la clasificación a la Libertadores 2017. Por otra parte, la visita bohemia necesitaba sumar para afianzarse en la zona de clasificación a la Sudamericana.
Con un arranque furioso de Wanderers posicionándose en campo rival, los dirigidos por el mediático Rosario Martínez se vieron complicados para refrenar a una línea ofensiva del Prado muy activa.
El guardameta Darío Denis tuvo mucho trabajo los primeros minutos, conteniendo un par de situaciones claras de los pies del goleador del torneo Gastón Rodríguez y de Diego Riolfo.
Wanderers estaba mejor y Fénix no lograba afirmarse.
Luego de pasar complicaciones, el albivioleta pudo recomponerse y hacer partido, pero a pesar de todo no podía intimidar al rival más que con centros frontales al área y alguna pelota larga a Cecilio Waterman y Maxi Pérez.
Wanderers con un Chapita Blanco lanzando constantemente a los compañeros de ofensiva, pudo abrir el marcador a los 29´ cuando Diego Riolfo definió una jugada colectiva estupenda nacida desde el sector izquierda y con la participación de cuatro hombres en la creación. Una jugada colectiva que no suele verse todos los fines de semana en el campeonato uruguayo.
Gol merecido del bohemio que había sido más incisivo todo el primer tiempo y que había limitado a un Fénix que, con corazón y garra, había intentado avanzar de la mano de "Tito" Ferro y Martín Liguera, sin encontrar los mejores circuitos.
La segunda mitad comenzó similar a la primera, con pleno dominio de Wanderers tirando el cuadro arriba y jugando en campo rival.
Pero a los 57´ Maximiliano Cantera puso el gol del empate, tras una jugada polémica reclamada por todo el banco del bohemio.
Rodrigo Abascal puso un centro al área que "Tito" Ferro fue a buscar, impactando y cometiendo falta sobre Leonardo Burián, dándole el rebote a Cantera, quien tuvo la bola servida para simplemente empujarla y decretar el 1-1.
Los dirigidos por Rosario Martínez se agrandaron con el empate y comenzaron a generar situaciones impensadas para lo que había sido el trámite del partido, lo que determinó que el duelo se pusiera picante con mucho ida y vuelta.
Y así fue que contra todo pronóstico y cálculo lógico, los albivioletas consiguieron dar vuelta la historia con el gol nuevamente de Maximiliano Cantera a los 72´.
Un saque de banda que encontró dormido a todo el plantel bohemio, le dejó la pelota en los pies a Cecilio Waterman para que éste se la dejara servida a Cantera y definiera cruzado con un zurdazo bien colocado al palo izquierdo de Leonardo Burián.
Wanderers totalmente golpeado quiso despertar enseguida y llegó a intimidar el arco de Darío Denis, pero sin la capacidad de concretar ninguna acción, se vio limitado por una defensa albivioleta sólida, comandada por Ignacio Pallas.
Y los tres puntos quedaron en Capurro. Tres puntos muy valiosos por lo que estaba en juego y por la lucha que significaron.
Fénix demostró un cambio radical de mentalidad y una fortaleza tremenda ante la adversidad de un partido que todos daban por liquidado.
Wanderers dejó claro que tiene un estilo de juego ofensivo claramente definido y que es eficaz para lastimar. Sólo le faltó tener el rigor para mantener la ventaja.
Con la victoria los de Capurro quedaron a cinco puntos de Cerro, que cayó ante River Plate esta mañana, y sueñan con trepar y clasificar a la Libertadores 2017.
Wanderers perdió su puesto de zona de clasificación a la Copa Sudamericana y puede complicarse su sueño copero.