Los primeros minutos mostraron claramente lo que significa este partido para ambas instituciones. La intensidad y entrega con que se plantaron los dos no daba paso a la precisión y el buen criterio a la hora de decidir en los últimos metros, pero ofrecieron un encuentro donde no querían regalarse ni un centímetro ni un segundo.
Después de los 10' Danubio comenzó a inclinar la cancha de a poco, con intentos de un Barreto que ya aparecía rápido y movedizo en la ofensiva. La viola no se quedó dormida y también comenzó a inquietar sobre todo a través de Nico Olivera y la búsqueda por el sector zurdo.
Fue por ese lado que a los 23' Defensor elaboró la jugada del primer gol. Pase del Nico para Zeballos, centro perfecto del lateral y Felipe Rodríguez que ganó de cabeza para ejecutar a Etulain.
Casi nada duró el festejo local, ya que dos minutos más tarde, en la respuesta danubiana, Grosmuller puso la pelota en la cabeza de Gonzalo Barreto y el 9 la mandó a guadar.
El equipo de Luis González aprovechó el envión y siguió controlando el juego durante un rato más. El trabajo del visitante dio sus frutos en el minuto 33, cuando Giovanni Zarfino marcó el segundo con un remate desde afuera.
Con el 2-1 las revoluciones del partido bajaron, el trámite entró un poco en el terreno de la fricción y sin más emociones se fue el primer tiempo con victoria parcial de los franjeados.
Al segundo tiempo el que pretendió la iniciativa desde el arranque fue Defensor. El equipo de Eduardo Acevedo poco a poco se apoderó de la pelota y presionando a Danubio tenía el control del cotejo.
El tanto del empate llegó a los 20' tras otra jugada originada por Olivera, el centro de Castro -el mejor hombre de la cancha- y la aparicón de Maximiliano Gómez dentro del área.
Luego se alternaron el protagonismo como si fuera un pasamanos. Danubio tratando de ser más vertical, con Pablo Lima peligroso en la pelota quieta y sobre todo con un tiro libre que Irrazabal tapó en forma estupenda.
Los violetas se fueron arriba de la mano del buen ingreso del paraguayo Ramírez y lo que seguían aportando Gómez y Castro. Fue Ramírez justamente el que cerca del final con un disparo hizo temblar el travesaño, para que luego Romario Acuña casi anote en el rebote, aunque la pelota le quedó muy atrás.
En los últimos minutos el trámite se puso mejor aún. No había peaje en la mitad de la cancha. Era ataque por ataque, golpe por golpe y esos ocho minutos de descuento, ya que el partido estuvo detenido por problemas en las tribunas, fueron el broche ideal para el clásico.
Ardaiz lo tuvo para Danubio en una contra pero su intento fue neutralizado por Irrazabal, de notable trabajo. Casi en la última, otra intervención de Facundo Castro para ubicar a Maxi Gómez, que de cabeza marcó para y desató la locura en el Franzini.
El 3-2 para Defensor es la primera victoria en cuatro fechas para el equipo tuerto y la ilusión de un cambio de pisada en el campeonato.
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