Cerro Porteño le ganó a Olimpia 2-0 este domingo en uno de los clásicos más celebrados por sus hinchas en los últimos tiempos, más allá de que fue sin público. Volvió a ganarle a su tradicional rival después de más de dos años y se encamina a cortarle un quinquenio.
En Paraguay hay dos campeones por año y Olimpia conquistó el Apertura y el Clausura en 2018 y 2019, por lo que cerró el año pasado celebrando el tetracampeonato. Hasta ayer llevaba siete clásicos invicto y no conocía la derrota frente a Cerro Porteño desde el 12 de mayo de 2018. Luego logró tres triunfos y cuatro empates.
El cuadro azulgrana se sacó la espina y lo doblegó 2-0 como local para estirar a siete puntos su ventaja como líder restando cinco fechas. Rodrigo Muñoz fue titular y Marcelo Palau suplente en el ganador, mientras que en el perdedor ingresaron Tabaré Viudez a los 56’ (expulsado a los 70’) y Alejandro Silva a los 66’, y no fue de la partida Diego Polenta.
Lo más curioso fue lo que ocurrió entre el atacante argentino Diego Churín, de Cerro Porteño, y el arquero Alfredo Aguilar, de Olimpia. En el primer tiempo Churín dispuso de un tiro penal pero su remate salió desviado, por lo que Aguilar se le acercó y lo festejó en sus narices, recordándole que ya le ejecutó tres en clásicos y que ninguno terminó en gol.
A los 20’ del complemento Churín se tomó revancha y abrió el tanteador, por lo que celebró a muy pocos metros del arquero de Olimpia, tomó una pelota y se sentó encima de ella en la línea del arco. Por si fuera poco, Ángel Cardozo Lucena liquidó el pleito a los 92’ de contragolpe para desatar la locura de los hinchas azulgranas desde sus casas.