La terna arbitral comandada por Christian Ferreyra completó un buen trabajo. No fue fácil: se trató del clásico de la vuelta del fútbol uruguayo tras el parón por pandemia del COVID-19 y no hubo espectadores en las tribunas por los protocolos de seguridad sanitaria.

Ferreyra estuvo encima de las jugadas y le dio bastante movilidad al juego. No le tembló el pulso a la hora de sacar tarjetas. La primera amarilla fue al lateral Mathías Suárez, quien la recibió por reiteración de infracciones.

Además, expulsó de forma correcta al delantero de Peñarol Matías Britos. El atacante le metió un planchazo en la cabeza a Suárez y Ferreyra le mostró la roja a los 63'.

Tuvo un solo error. Un pelotazo largo de Peñarol, la pelota le quedó a Facundo Pellistri en la medialuna del área, remató y se desvió en un jugador de Nacional. Tras esto apareció Gary Kagelmacher y su tiró dio en el palo. El zaguero carbonero estaba en fuera de juego cuando tocó el balón, pero el juez de línea del sector derecho no levantó la bandera.

Ferreyra dirigió su sexto clásico en su carrera y lo hizo completando una buena labor y sin incidir para nada el resultado del juego. De esta manera, el arbitraje tuvo una mejor actuación que la de los jugadores.