Esteban Ostojich cumplió una buena actuación en la final del Torneo Intermedio en el Estadio Centenario, donde el resto del equipo arbitral también estuvo a la altura y ni siquiera fue necesaria la intervención del VAR en jugadas capitales.
El árbitro mostró un criterio riguroso para amonestar, llevó a rienda corta el aspecto disciplinario y no le tembló el pulso a la hora de expulsar a Facundo Batista en Peñarol y a Christian Oliva en Nacional por el tumulto del final. Además, echó a dos suplentes: Mateo Antoni en filas tricolores y Sebastián Cristóforo del lado carbonero.
En general le dio fluidez al juego sin apelar a interrupciones constantes o largos diálogos con los futbolistas, estuvo correcto en las jugadas de apreciación y mantuvo el criterio discplinario, por el que mostró tres tarjetas amarillas en el Bolso (una a un suplente) y cuatro en el Manya.
La única polémica que se le puede reclamar es una jugada rápida de apreciación en la que el VAR no podía intervenir, ya que lo protestado por Peñarol era la segunda amonestación para Juan Izquierdo por una falta en campo rival sobre Lucas Hernández. Si bien la falta fue clara, no hubo uso desmedido de la fuerza ni cortó un avance prometedor del rival.