Jorge Cibreiro, dirigente de River Plate, dijo haber sido agredido por Ignacio Ithurralde, quien fue entrenador del equipo darsenero hasta el pasado sábado, cuando el equipo empató 1-1 con Deportivo Maldonado en el Parque Saroldi. El episodio se produjo después del encuentro.
“Fui agredido por Ithurralde”, dijo Cibreiro, de 70 años, al programa 100% deporte, de Sport 890, y detalló que “la determinación ya estaba tomada” ni bien culminó el encuentro. “Cuando terminó el partido se consultó si iba a haber reunión de directiva y se dijo que sí, para determinar el futuro”, recordó.
“El presidente y el tesorero entraron a comunicarle al cuerpo técnico la decisión y el resto de los directivos nos quedamos en el área de vestuarios. Yo, viendo que iba para largo, avisé que me iba al auto a escuchar música. Estaba escuchando música y de repente sentí un trompazo en la ventanilla de la camioneta y era Ithurralde insultándome y gritándome ‘traidor’, puteándome de todas las maneras posibles”, explicó.
“Me bajé y le dije: ‘¿Qué te pasa? ¿Estás loco? Y se me vino encima y me tiró un trompazo. Yo trastabillé porque eludí la agresión, pero pegué contra un árbol y me di la cabeza contra el piso. Me tuvo que curar la sanidad del club”, lamentó.
“Si Dios quiere, en dos años estás muerto”
“Después siguió diciéndome una cantidad de improperios. Me causó gracia que él declaró que hubo una discusión acalorada conmigo y yo me tiré al piso. No hubo discusión. Fue un monólogo de él insultándome y una reacción irracional y acorde a su personalidad”, sostuvo Cibreiro, quien agregó que “tuvieron que sacarlo sus compañeros de cuerpo técnico”.
Cibreiro, quien además de directivo de River Plate fue presidente de Goes, dijo que venía pidiendo la salida de Ithurralde hace un mes y medio por el rendimiento del equipo, y que lo que más le sorprendió del “desequilibrio emocional” de Ithurralde fue lo último que le dijo: “Sos un viejo y, si Dios quiere, en dos años estás muerto”.
“Supongo que el enojo de él es porque intervine en la negociación para llevarlo a River a través de Claudio Pereira, su cuñado y representante, que pidió que yo estuviera presente. Me puse a las órdenes, pero son cosas distintas. Yo tengo que velar por los intereses del club”, aclaró.
Si bien Cibreiro se tomó una licencia de algunos días en la comisión directiva darsenera, permanecerá en el cargo. “Estos hechos no tienen nada que ver. Me afectaron emocional y familiarmente, pero voy a seguir en la comisión directiva como hasta ahora, dando mi opinión, acompañando o dando otro enfoque. Simplemente me quise apartar porque emocionalmente no estaba con ganas”.