Gonzalo Castro, referente de Porongos de Flores, dijo estar “re contento por lo que se está viviendo con el club, la familia y la gente allegada” del equipo en el que se formó, que este domingo clasificó a la final de la Copa Nacional de Clubes de la OFI ante Atlético San Carlos. La definición será ante Melo Wanderers el sábado 21 en Cerro Largo y el 28 en Flores.
“La cancha estaba llena y fue una fiesta porque los dos equipos llevaron mucha gente. Hay mucha gente de Flores viviendo en Maldonado y Montevideo, y San Carlos les queda cómodo para ir”, agregó en diálogo con el programa Minuto 1 sobre el partido que se definió en territorio carolino por penales, luego de dos empates.
En casa y en familia
“Desde el año pasado, que sabía que iba a dejar el fútbol profesional, pensaba en jugar la Copa OFI con Porongos. No es fácil, es muy pareja. Cada duelo que se ha ganado se ha disfrutado a lo grande, y más porque Porongos no es campeón del interior desde 1995. Por volver a la final, el club está viviendo un sueño. El objetivo nuestro es ser campeón”, agregó.
El Chory valoró el ambiente que se vive en el fútbol del interior y los “vínculos fuertes” entre jugadores, hinchas y dirigentes, porque “hay otra cercanía” respecto al profesionalismo de la capital. “Se vive de otra manera y es más familiar”, ponderó.
“En las buenas y en las malas, siempre se está junto. Ayer, que no me tocó, después del partido se fueron todos a la sede y explotó. Fue una fiesta. Desde que empezamos, después de cada partido hay que ir a la sede. Se festeja lo logrado o se ahogan penas. Es un ritual”, dijo.
Diego Godín fue de la partida y jugó los 90 minutos ante San Carlos este domingo, apenas dos días después de haber sido padre por segunda vez. Pese al nacimiento de Juana, la hermana menor de Pilar, se hizo presente aunque sus compañeros no supieron que llegaba hasta que lo vieron en la cancha.
“Estuvimos hasta último momento esperándolo. Nadie le dijo nada. Quedamos de acuerdo en que si iba, fuera por decisión propia. Nadie iba a estar rompiéndole los huevos. A las 13 horas avisó que iba, salió con su cuñado y llegó. Jugó y no terminó de pitar el árbitro cuando estaba volviendo”, destacó el Chory.
“Es para sacarse el sombrero lo que hizo Diego con nosotros, porque lo normal era que no fuera. No había dormido en toda la noche. Terminó un poco acalambrado porque es normal entre el estrés del viaje sobre la hora, el parto y no haber dormido”, señaló Castro sobre su amigo.
“Yo pensé que en un 90% no iba a ir. Él es competitivo y quiere estar siempre. Cuando dice algo lo quiere cumplir. También hay que agradecerle a Sofía [Herrera, esposa de Godín], porque con todo lo que habrá vivido en el parto, decirle que sí a este loco para que fuera a jugar con nosotros es parte de esto”, concluyó.