Federico Valverde fue entrevistado por el diario inglés The Guardian en la previa de su partido de Champions League frente al Liverpool. Fue consultado por el Liverpool uruguayo y aclaró que tiene otros colores y además se pronuncia distinto: “En Uruguay es Liverpúl”.
Del cuadro rojo que juega en Anfield Road se hizo hincha siendo un adolescente por un compatriota que dejó su huella. “La mayoría de los uruguayos apoyan a equipos con uruguayos y cuando Luis Suárez jugaba ahí, yo era hincha de él y todo el país era del Liverpool. También le pasa a Cavani en el Manchester United”, señaló.
Ese equipo por el que simpatizó estará a su frente hoy en los cuartos de final de la Champions League y el escenario será el histórico Anfield Road, que no tendrá su mística habitual por la ausencia del público. “Me encantaría haber jugado en un Anfield repleto”, reconoce el Pajarito.
“Toda esa presión, sus hinchas dispuestos a hacerlo ... pfff, esa es la magia del fútbol. No es lo mismo sin la energía extra de los hinchas, pero te adaptas. He jugado en campos sin césped y sin gradas, que no son los mejores, pero aún así salís a disfrutar el juego y a ganar. Intentaremos vencer al Liverpool”, contó.
Sobre el folclore del fútbol que lo crio y esas canchas que mencionó al pasar sin pasto ni tribunas, recuerda que “en Uruguay no todos las canchas son de césped, ni siquiera en primera, así que imaginen en el baby fútbol”. “Son canchas de tierra. Vas a tirar un córner y hay un animal al lado tuyo. Te hace crecer, luchar, ser más fuerte”, contó el surgido en Estudiantes de La Unión.
“Es hermoso volver de un partido con la cara llena de tierra, el pelo lleno de barro y piedras en los botines. Lo más hermoso que puede experimentar un niño es subirse al ómnibus todos los fines de semana con su equipo y compartirlo con amigos y familiares”, narró entusiasmado.
Después llegó a Peñarol y en sus primeras prácticas vistiendo la Celeste a nivel de formativas tuvo que tomar una decisión importante que salió bien, pero de la que no está orgulloso. Siendo un adolescente eligió al fútbol sobre el liceo “porque faltaba mucho a clases” y empezaba a ser convocado a las selecciones uruguayas.
“Ahora me arrepiento porque me hubiera gustado seguir estudiando”, confesó. “Había muchos viajes, faltaba a clases, me quedaba atrás, era difícil. Mis padres no querían que dejara el liceo, pero las dos cosas no encajaban. Decidí: ‘El fútbol es mi sueño y en lo que soy bueno es en el fútbol. Me voy a dedicar al fútbol’. Afortunadamente, salió bien”.
Es agradecido por haber compartido vestuario con un ídolo en Peñarol. “Tuve la gran fortuna, una varita mágica, que en el momento en que debuté en Peñarol, el club que amo, firmó Diego Forlán. Eso fue… No sabía qué pensar, qué decir. Pero fue increíble y no solo con el fútbol; me ayudó a entender, a no perder la cabeza”, narró.
Recordó además los consejos de Forlán cuando estaba por emigrar. “Cuando aparecieron los grandes clubes, dijo: ‘Seguí tranquilo, sos joven, disfrutá cada día. Si vinieron por vos es porque algo tenés. Dejá que eso te motive’”, explicó, aunque la decisión fue emigrar a los 18 años y lleno de dudas.
“Cuando perseguís tu sueño, no hay nada que se interponga en tu camino. Pero hay obstáculos. Quizás para algunos salir de su casa a los 18 años no sea un problema, pero para mí no fue fácil. En Madrid te dan de todo, tenés miles de personas ayudando, pero el cariño de tu mamá y tu papá es diferente. Sin embargo, cuando tenés un objetivo, no hay barreras”, dijo Valverde.